Entre viñedos se comprometieron y entre viñedos sellaron su amor, eso sí, entre un momento y el otro Kayt y Andrés Medina, residentes en Boston, cruzaron el Atlántico. En el Pazo Tizón de Boborás reunieron el pasado viernes a cerca de 70 invitados procedentes de Italia, Irlanda o Estados Unidos: “Fue una boda muy familiar, pero muy internacional al mismo tiempo”, asegura Anitza Calzadilla, gerente del Pazo Tizón y pariente de Andrés. Y es que fue el padre de este quien, en un viaje a Galicia, tierra de sus antepasados, se enamoró de un enclave único en el corazón del Ribeiro, rodeado de viñedos y caballos. Tras la sugerencia de su padre y suegro, Andrés y Kayt, que habían celebrado su pedida de mano entre viñedos de California, vivieron su gran día -y también la preboda, el jueves- en Boborás.
La unión de los jóvenes fue un gran evento en la localidad. Los invitados llenaron los hoteles de la zona y gozaron de una boda en la que no faltó detalle. Al vino Pazo Tizón se sumaron las creaciones culinarias del Estrella Michelín Pepe Vieira: hubo pescado, todo tipo de marisco, jamón o quesos. “La boda quedó muy bonita. La hicimos en una explanada que tenemos y que da a los viñedos y al valle del Ribeiro”, cuenta Anitza. “A los invitados les gustó mucho todo, ¡la comida española les encanta!”, añade.
Tampoco faltaron los fuegos artificiales y la música tradicional gallega. Los floristas carballineses Arual fueron los encargados de realizar toda la ambientación.
Desde el Pazo Tizón se mostraban este sábado muy ilusionados con el evento y la proyección internacional del mismo. “Los novios se quedaron en el pazo, pero los invitados pernoctaron en hoteles de la zona. Entendemos que también fue positivo el evento para la hostelería de la zona”, opina la gerente del Pazo Tizón.
Como anécdota, Ani asegura que todos los invitados “admiraron mucho” el vino Pazo Tizón, perteneciente a la Denominación de Origen del Ribeiro: “Se llevaron muchas botellas para poder disfrutarlas en Estados Unidos. Aprovecharon para comprarlas el día de la preboda”, dice la gerente. “También se quedaron maravillados con los viñedos, el entorno de Boborás, la naturaleza y su paisaje. Disfrutaron muchísimo y se lo pasaron muy bien”, concluye, satisfecha, la gerente del pazo de Boborás.
