La gala de clausura, marcada por la ausencia de los ganadores, se cerró con la proyección de "La ley de la frontera"
nnn Ourense dijo ayer adiós a toda una semana de buen cine y de miradas novedosas y creativas sobre la narración audiovisual, con la entrega de los premios de esta 22 edición del OUFF, en el transcurso de la gala de clausura celebrada en un Auditorio con demasiadas sillas vacías. Un evento exento de discursos y con ausencia de los grandes protagonistas, los premiados, que ya habían abandonado la ciudad, por lo que la frase más escuchada fue "nos ha enviado un vídeo". Esa fue la vía elegida para transmitir sus mensajes de agradecimiento, alguno de los cuales resultó extremadamente original y otros fueron como un pequeño corto. La excepción de la no presencia fue la de la directora María Álvarez, cuya película "Las cinéphilas" recibió el Premio del Público, y la de la joven directora argentina, Florencia Romano, que logró una mención especial del jurado de la competición iberoamericana por su primer trabajo, "La noche polar".
La historia de "La vendedora de fósforos", del director argentino Alejo Moguillansky, se alzó con el premio a mejor película de la Competición Iberoamericana, destacando el jurado "a súa capacidade para pensar o real a través da ficción e pola súa habilidade para construír un relato combinando materiais diversos sen perder a vitalidade do impulso".
Mogillansky, quien ya consiguió con este trabajo el premio BAFICI (Festival de cine de la Ciudad de Buenos Aires) a mejor película nacional y también, ex aequo, el del Festival Audiovisual de Bariloche, definió en Ourense su trabajo como "una película alegre, algo graciosa y emotiva" y explicó que "sin guión ni escenas, empezamos a rodear de ficción los materiales documentales de los que partíamos".
El Premio "Carlos Velo" a la mejor dirección de esta competición Iberoamericana fue para Chris Gude y su película "Mariana". Para los miembros del jurado, Gude logró crear "un espazo simbólico e atemporal a través do contraste entre un territorio soñado e o territorio real."
El premio del otro apartado de la competición de este OUFF, el dedicado a las Óperas Primas, también se quedó en el continente americano, concretamente en Brasil. "Baronesa", la historia de vida de mujeres en el mundo de las favelas, narrada por Julia Antunes, hizo doblete, al conseguir también el reconocimiento que otorga el Cineclube Padre Feijoo. Antunes, premiada por este trabajo en festivales como el de Valdivia, Marsella o Vitoria, explicó en uno de los encuentros que mantuvo con los espectadores ourensanos que al grabar en una favela, "quería transmitir a sensación de sofoco, de confinamento feminino nesa guerra".
El jurado profesional destacó cómo la directora aborda con una mirada sensible "termos urxentes como a intimidade e a sexualidade feminina, creando un retrato valente e vital sobre os espazos de resistencia e perserverancia das mulleres". Relato coincidente con el jurado del Cineclube que, además, incidió en cómo muestra "a dignidade das personaxes e os lazos de sororidade que tecen".
También en esta sección hubo una mención especial. En este caso para la ópera prima "69 minutes of 86 days", de Egil Håskjold Larsen, que ofrece "un achegamento humano á situación dos refuxiados e pola súa mirada de esperanza a través dos ollos dunha nena e a súa proposta formal".
El jurado universitario otorgó su premio a "Vermelho Russo", de Charly Braun, al considerar que "nos vemos representados nese momento de aprendizaxe no que se atopan os personaxes." n
