Un rocambolesco plan para vengarse de un monitor de autoescuela puso en escena a un empresario, su esposa y la supuesta cómplice, quien está acusada de fingir una agresión, sexual a cambio de 500 euros, cuando realizaba una práctica.

500 euros por una falsa agresión sexual

Ramón A.M., tal día como el 16 de noviembre de 2009, empezó a ser protagonista de un retorcido embuste.
Esa tarde, como todas en semana laborable, acudió a dar una clase práctica a una de las alumnas de la autoescuela en la que trabajaba en la ciudad. Tres horas y media después, delante de la oficina, era detenido por la Policía Nacional, ya que había sido denunciado por aquella mujer por una agresión sexual. Desde ese mismo instante, a Ramón, casado y con dos hijos, le irrealidad se le vino encima. Entró en una crisis ansiosa-depresiva que le impidió volver a trabajar algo más de tres meses, hasta que la realidad le devolvió un poco de sosiego. La perseverancia en su inocencia, ayudado por un compañero de trabajo, demostraron que la joven había mentido. Y hasta había puesto precio a la fabulación: 500 euros. Según se sabría más tarde, los dueños de la autoescuela, Ángeles F.M. y Antonio Ramón R.I., la indujeron a que efectuase la denuncia por agresión sexual bajo la promesa de remunerarla con 500 euros. Los tres, ahora, serán juzgados el 28 de mayo en el Juzgado de lo Penal 2, imputados en una denuncia o acusación falsa, de la que se declaran inocentes.


PUESTA EN ESCENA

La imputación por el delito contra la libertad sexual en el que estaba inculpado la víctima finalmente se archivó el 14 de junio de 2010, siete meses después de aquella prescindible tarde de noviembre. La mujer que lo culpaba de los tocamientos no sólo se ratificó en dos ocasiones ante el juez instructor sino que, metida de lleno en el papel de víctima, se llegó a personar como acusación particular.

La puesta en escena antes de llamar a la Policía Nacional hasta contó con atrezo, ya que para dar verosimilitud a su denuncia tenía que lesionarse y romper el jersey, una encomienda que, según las acusaciones en el proceso de denuncia falsa, fue realizada por el propio jefe del empleado.

Tras esta argucia, están las malas relaciones del monitor con los socios mayoritarios -el matrimonio acusado-, ya que, según declaró algún trabajador, en ese momento había problemas de liquidez y de hecho se les debía a los empleados tres meses de salario. De hecho, al día siguiente de los hechos estaba previsto un acto de conciliación ante el Servicio de Mediación, Arbitraje y Conciliación .

Curiosamente, la primera pista que puso sobre aviso de una posible mentira en la agresión descrita por la mujer tuvo relación con la mecánica de funcionamiento del coche en el que hicieron la práctica. Se trataba de un Toyota Yaris pero con una particularidad: los pedales, el embrague, acelerador y freno, eran independientes, con lo cual, si el alumno frenaba, el monitor no podría hacer nada al respecto. Un pequeño detalle en el que los urdidores no repararon. La alumna había confesado que cuando el profesor le introdujo la mano por la zona inguinal intentó detener el coche, lo que le fue impedido por el monitor.

En la vista oral fijada para mayo está llamado como testigo un socio minoritario de la citada autoescuela, quien finalmente se hizo con sus riendas, que ayudó en gran medida a destapar la trama. Según su testimonio, un hombre y mujer de nacionalidad rumana, esta última con intención de preparar el examen práctico de conducir, le comentaron en marzo de 2010, cuando estaba en su puesto de trabajo, que la esposa de Antonio Ramón R.I. le había propuesto a la chica arañarse la cara y romperse la camisa para denunciar al profesor, ofreciéndole 3.000 euros. Pero ante su negativa, la hoy imputada le dijo que 'si ella no lo hacía lo haría Rosa por 500 euros'.

Fue en ese instante cuando irrumpió en su cabeza la historia del profesor denunciado por abusos sexuales mientras daba una clase práctica.


PENAS

La fiscal reclama para los tres inculpados un pena de 18 meses multa (con cuota de 10 euros al día). Por su parte, la víctima, que ejerce la acusación particular, pide una multa de 24 meses (seis euros al día) para Rosa María P.V. y eleva la pena a 24 meses pero con cuota de 25 euros para el matrimonio. En ese caso, la petición de condena también incluye 5.586 euros por los día de baja laboral y 20.000 más por los daños morales ocasionados con esta fabulada pero real historia.

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