El aire frío provocará un desplome de las temperaturas, sobre todo las diurnas, de hasta 10 grados centígrados.
El mes de abril comienza con pronóstico de lluvia, frío y la cota de nieve situada en los 1.000 metros. Tanto Meteogalicia como la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) alertan de la llegada de una masa de aire "muy frío", después de un mes de marzo marcado por las altas temperaturas, hasta 27 grados durante varios días en la ciudad, un registro más típico de verano. El mes de marzo, además del calor, también se caracterizó por la falta de lluvia.
La situación cambiará, al menos, durante los primeros días de abril. Una tormenta ya descargó agua ayer en diferentes puntos de la provincia, dejando 1,2 litros por metro cuadrado en Entrimo y 0,6 litros en Laza. Estos registros se incrementarán sustancialmente a partir del miércoles con la llegada de una masa de aire frío y una borrasca que se situará en el Mar del Norte, según el observatorio gallego. Las lluvias serán generalizadas en toda la comunidad autónoma, aunque serán más insistentes en el norte de las provincias de A Coruña y Lugo.
El aire frío provocará un desplome de las temperaturas, sobre todo las diurnas, de hasta 10 grados centígrados. En la ciudad, el termómetro marcó ayer 25 grados centígrados en las horas centrales del día, bajando por la noche hasta los cuatro. El próximo miércoles, según Meteogalicia, no subirá de los 15 grados durante el mediodía, descendiendo hasta los tres durante la noche.
El aire frío provocará que la lluvia se convierta en copos de nieve en las zonas más altas de los municipios situados en torno al Macizo Central. Trevinca, Serra do Larouco y Parque Natural do O Xurés. Las condiciones adversas, que afectarán también a buena parte del territorio nacional, incluida la costa mediterránea, estarán acompaña de fuertes vientos.
Preocupación en el campo
Este nuevo escenario despierta preocupación entre los agricultores ourensanos, que temen que el descenso de las temperaturas ocasione heladas y dañen cultivos, como la vid, frutales, patatas y plantas de huerta. Los agricultores aprovecharon las altas temperaturas de marzo para sembrar y plantar sus cosechas. Además, el calor facilitó la floración de los árboles, que en la actualidad, en su mayor parte, ya tienen hojas, que podrían verse dañadas con el frío.
