El Campus de Ourense afrontará una avalancha de jubilaciones en el próximo lustro

Francisco Javier Núñez bromea con que es al único que se le permite ir al Campus en chándal: el profesor de Educación Física es uno de los seis docentes de As Lagoas que tienen más de 65 años. Espera resistir hasta los 70. En la otra cara de la moneda, Xabier García, matemático, no se sorprende demasiado al conocer que es el único profesor fijo del Campus menor de 35. La institución académica se enfrentará en los próximos años a lo que, desde el propio equipo directivo, tildan de “avalancha” de jubilaciones. Manuel Ramos, vicerrector de Ordenación Académica y Profesorado, es claro: “En cinco años se doblará el número de bajas en la UVigo. Al Campus de Ourense también llegará la avalancha de jubilaciones y tenemos que estar preparados para el futuro”. As Lagoas irá perdiendo, en los próximos 10 años, al 30% de su plantilla permanente, por ser mayores de 55 años. "Hay que prepararse" El tsunami de jubilaciones tiene una doble explicación: la edad media de los docentes permanentes de la UVigo (se excluyen los profesores asociados) está en 53,20 años. La mayoría del personal entró con el nacimiento de los Campus, en los noventa. La otra clave es la recesión económica. “De 2012 a 2022 entró muy poca gente, nos preocupan los pocos que están entrando jóvenes por culpa de la crisis. Los que entran ahora ya tienen más de 40 años, porque es toda esa generación que antes no pudo entrar y ahora tiene méritos acumulados. Por tanto, incluso los que llegan nuevos tienen más de 40 años”, explica Ramos. El equipo directivo de la UVigo hace sus propias predicciones: “Tenemos una media de 25 bajas al año, a partir de 2027 la previsión estará por encima de las 50 o 60 anuales”. De hecho, ese aumento, aunque ligero, ya empieza a notarse. Si en 2020 hubo 25 bajas en la UVigo, en 2021 se contabilizaron 27. Planes de la UVigo El 30% del profesorado permanente del Campus de Ourense tiene más de 55 años, una plantilla que causará baja de aquí a 10 años. Falta relevo. “Hay que prepararse. Nos preocupa que estos mayores de 55 años, en esta década, van a llegar en bloque a la jubilación”, insiste el vicerrector. Ante este panorama, el equipo directivo de la UVigo tiene sus planes. “Nuestra gran preocupación y una de nuestras grandes apuestas es la renovación de la plantilla. Hay que hacer una apuesta fuerte por gente joven, porque si no en cinco o 10 años nos encontraremos con que la mitad del profesorado no está”, subraya Ramos. Renovación El vicerrector añade una preocupación a las características del Campus de Ourense, común a Pontevedra. Son campus periféricos. “Además de que entre gente joven, me preocupa asentar gente en Ourense. Muchas veces se utilizan las plazas de Ourense para ganar la plaza y luego el deseo de ese profesor es venir a Vigo. Tenemos que conseguir que el profesorado se fije en Ourense, evitar esos desplazamientos de campus”, reivindica Ramos. En este sentido, el panorama no es del todo desalentador: “En Ingeniería Aeronáutica sí estamos consiguiendo fijar gente en el Campus”. Otra casuística es la edad de jubilación: la edad media a la que deja de trabajar el profesorado del conjunto de la UVigo está en 64 años y medio. Los docentes universitarios pueden adelantar hasta los 60 su marcha laboral o, por el contrario, alargarla hasta los 70. “La tercera parte de los docentes llega hasta los 70, las otras dos partes se jubilan antes”, explica el vicerrector de Ordenación Académica. El panorama ourensano es de casi la mitad de profesorado permanente por encima de los 50 años. De estos, el 30% tendría opción a jubilarse en un periodo más corto de tiempo: en cinco años, ya que a los 60 se puede causar la baja. En la otra cara, solo hay 12 docentes que sean menores de 40 años en el Campus de Ourense. “Nuestra apuesta es que entre gente nueva, renovar plantilla y fijar profesorado en los Campus”, añade el vicerrector. Xabier García, el único menor de 35 años: “As horas de docencia son elevadas, non che queda tempo para investigar” Xabier García, matemático, es el único profesor permanente del Campus de Ourense menor de 35 años. Reconocido a nivel nacional con el premio de matemáticas Vicent Caselles, combina la docencia con la investigación. Entró con 28 años a la universidad, hace tres años. “Cando facía a carreira, os augurios que me daban de entrar na universidade eran moi malos. Pero dende hai uns anos estase abrindo a porta a contratar, porque se non quedamos sen compañeiros”. García reivindica tiempo para la investigación: “Atopámonos con dar un número de horas de docencia elevado pola falta de profesorado. Iso corta bastante a carreira investigadora, non che queda tempo. Sobre todo para os que estamos empezando a construír a nosa carreira”. Francisco Javier García, trabajará hasta los 70: “Penso xubilarme aos 70 anos. Por desgraza, pouco tempo me queda” Francisco Javier García Núñez, que imparte asignaturas relacionadas con Educación Física en la Facultad de Educación, tiene 68 años. “A facultade leva 20 anos e eu xa estaba traballando na Escola de Maxisterio que había en A Ponte”. Continúa, a pesar de que hace ocho años que ya podía jubilarse: “Sigo porque me encanta o meu traballo, aínda que pareza un pouco raro dicilo. E porque a saúde me acompaña. ¿Ata cando? Espero xubilarme aos 70. Por degraza, pouco me queda”. Sobre el relevo, García Núñez reivindica que “hai moitísima xente preparada e non vai ser un problema repoñer as baixas”. En su caso, disfruta más de la docencia que de la investigación: “Eu non son dos que aguanta, se non dos que desfruta co que fai. Botareino de menos”. Xosé Manuel Cid, duda en jubilarse a los 65: “Estou indeciso, cumpro este ano os 65. A min as clases gústanme moito” Xosé Manuel Cid es profesor del Área de Teoría e Historia de la Educación, pero además, ostenta el cargo de decano de la Facultad de Educación. Imparte docencia y lidera grupos de investigación. Es uno de los veteranos del Campus de Ourense: cumple 65 años el próximo mes de mayo. Duda en jubilarse o esperar. “Estou indeciso. Por un lado, a min realmente isto gústame moito. Pero tamén tes aí a familia…”, apunta. Por otro lado, piensa en el decanato: “Levo dous anos no cargo, a idea é esgotar a lexislatura”. Prefiere ver el lado más positivo al relevo generacional: “Penso que conseguimos formar doutores moi prestixiosos e que están en plantilla, temos xente moi boa”. En la Facultad de Educación “hai unha ducia de axudantes-doutores”. Julia de la Montaña, recién jubilada: “Hay que dejar entrar a los jóvenes, a los 63 pierdes la ilusión de los 30” Julia de la Montaña, experta en Nutrición y Dietética, dejó el Campus de Ourense en septiembre de 2020. “Anticipé la jubilación a los 63 años. Empecé en Ciencias y en los últimos tiempos estaba en Educación. Fue a raíz de la jubilación de una compañera de departamento, ya que la universidad no estaba cubriendo vacantes. Y cogí su docencia”. Ahora, con perspectiva, cree que tomó la decisión acertada. “No me costó nada. Es verdad que la pandemia ayudó un poco, porque mi último año, dando docencia a través de la pantalla, fue difícil. Tenía 90 alumnos y no los conocía”. Por otro lado, defiende que “los jóvenes están con contratos muy precarios, hay que dejarles entrar. La ilusión de los 30, a los 63 ya se pierde”.