Casi 400 ucranianos han pedido asilo en Ourense en seis meses de guerra

Han pasado seis meses desde que estalló el conflicto entre Ucrania y Rusia: para los 375 ucranianos que han solicitado refugio temporal en la provincia desde marzo, la guerra nunca pasa a segundo plano. La mayoría son mujeres y niños, pendientes de la situación de los hombres de la familia que, en la mayoría de casos, se han visto obligados a permanecer en su país de origen. Ourense es la segunda provincia gallega que menos resoluciones favorables de protección temporal ha emitido a favor de los ucranianos (375), después de los 230 refugiados de Lugo, según datos actualizados a diario por el Ministerio del Interior. En A Coruña y Pontevedra rozan el millar. Sin embargo, las ourensanas son cifras altísimas: en marzo, cuando empezaron a resolverse los expedientes de refugio temporal “exprés” (más rápidos debido a la situación de guerra), se emitieron 167 solicitudes de protección en Ourense. Seis meses después, ya son más del doble. Aunque muchos se han asentado con su familia (especialmente en Ourense, Celanova, Manzaneda, Baños de Molgas y Maceda), la adaptación no es nada fácil: el INE contabiliza apenas 73 ucranianos afiliados a la Seguridad Social. Las entidades sociales, en sintonía con los datos, alertan de las dificultades para encontrar empleo. “Yo mismo he facilitado el pasaje para seis ucranianos que se han vuelto porque en Ourense no encontraban trabajo ni veían nada claro”, dice un voluntario de la Cruz Roja que ayudó a los ucranianos llegados a la provincia. Los que han encontrado empleo, mayoritariamente mujeres, están en la hostelería y en el sector de la estética. Pero decenas ha regresado a su país. En el programa de acogida temporal de Cruz Roja trabajaban con 42 plazas en la provincia (en la ciudad y en O Barco) antes de la guerra de Ucrania: ahora son 70, pero hay el triple de recursos que el año pasado y están al 90% de ocupación, según la entidad social. Así, el nuevo centro de refugiados de Barbadás atiende a 56 personas y hay hasta 99 plazas de emergencia ubicadas en Baños de Molgas. Cruz Roja atendió a 220 personas que solicitan refugio en la provincia en lo que va de año: 150, el 70%, son de Ucrania. En el caso de Cáritas, también disponen de vivienda social en la que hay familias ucranianas. Los cursos de español también han aumentado su demanda con la llegada de ucranianos. En los primeros meses de guerra, numerosas familias ourensanas ofrecieron su casa como refugio temporal. Con el paso del tiempo, las entidades sociales que trabajan con los ucranianos detectan que “ya hay familias de acogida que están pagando alquileres para que los refugiados tengan su independencia”. En cuanto a los menores, hay más de un centenar escolarizados. Con todo, la Xunta se encontró con dificultades para que auxiliares de conversación ucranianas aceptasen su plaza en colegios de zonas rurales como Trives. Los huidos de la guerra ya superan a los venezolanos La crisis de Ucrania no solo ha convertido a este país en la nacionalidad de origen más numerosa en cuanto a solicitudes de protección internacional en la provincia, sino que implicará que la media de refugiados que llegan cada año a Ourense se duplique con los datos del 2022 marcado por la guerra con Rusia. Ya son 375 peticiones en lo que va de año y, según los datos anuales de asilo por provincias, a Ourense llegaron en los últimos tiempos cerca de medio millar de refugiados de varias nacionalidades. Solo con Ucrania, este 2022 va camino de superar esos datos. En la provincia era Venezuela la que hasta ahora lideraba las solicitudes de asilo por nacionalidades. En el último año llegaron 345 refugiados procedentes de este país. Le sigue de lejos Colombia, con 117. Ya en tercer lugar, los ciudadanos brasileños, con 22 peticiones, y los cubanos, con 10. El resto llegan de países como Argentina, Chile, El Salvador, Georgia, Honduras, México, Nicaragua, Perú, República Dominicana, Senegal y Siria.