El Concello repartió gratuitamente las viandas en el día del patrón mientras que por la mañana le brindó una ofrenda

Castañas y bollos preñados atraen a cientos de personas a la Alameda

Un año más, el magosto organizado por el Concello congregó a numerosos ourensanos.
La ciudad honró ayer a su patrón, San Martiño, como manda la tradición: con la misa en la Catedral por la mañana y con la apoteosis de castañas, vino y chorizos por la tarde. La ceremonia religiosa arrancó con la procesión de los miembros de la Corporación municipal -como es habitual, sin la presencia de concejales del BNG- desde la Praza Maior a la Catedral. Ya en el templo, el alcalde, Francisco Rodríguez, realizó la ofrenda a San Martiño -un cuadro de Felisa Otero y Manuel Vilariño- y propuso al santo que 'traballemos xuntos para que nesta cidade chegue o día en que non perdan sempre os mesmos'.
Por su parte, el administrador apostólico de Ourense, Luis Quinteiro, advirtió de que 'a nosa cultura e civilización poden estar en perigo se non somos conscientes de que temos que ter valores', apostando por el 'achegamento total' y el propio ejemplo de San Martiño.

Tras la reflexión espiritual y la posterior actuación de la Banda Municipal de Música, por la tarde fue el turno de la relajación gastronómica. Casi 1.000 kilos de castañas, 3.000 de chorizos y 800 litros de vino se disfrutaron en la Alameda, en una fiesta a la que después se unió la música de los ourensanos Brañas Folk y en la que participaron cientos de ourensanos, fieles, como cada año a la cita con la tradición del otoño por excelencia.

El PP local celebrará esta tarde, a las siete y media, su magosto. Lo hará en el campo de la feria para criticar 'el despilfarro del bipartito con el dinero de los ciudadanos'.

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