SEGURIDAD

La ciudad registra un aumento 
del 25% de los hurtos en Navidad

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photo_camera El centro comercial Ponte Vella cuenta con vigilantes de seguridad para evitar los hurtos en el recinto.

La manipulación de alarmas y los bolsos forrados con papel de aluminio son las principales técnicas de los ladrones 

La Navidad es sinónimo de incremento de ventas, pero también se dispara el número de hurtos en locales comerciales, hoteleros y entre los propios viandantes. Según los datos de criminalidad del Ministerio del Interior, este delito aumenta en torno a un 25% respecto a otras épocas del año -de enero a septiembre se registró una media de más de tres hurtos diarios en la ciudad-, aunque la tendencia es extrapolable al resto de la provincia.

Los teléfonos móviles, prendas de vestir, perfumes y cosméticos son los artículos que más echan de menos los trabajadores de las tiendas a la hora de hacer inventario. Y es que el modus operandi no es el mismo que antaño. En el cómputo total, el porcentaje de casos en los que se roba un producto y el autor echa a correr es mínimo. "Los ladrones han aprendido a manipular las alarmas", dice la responsable de una perfumería de la calle Paseo. En este establecimiento, "toda la mercancía cuenta con seguridad", dice, "pero llegan incluso a abrir las cajas". Y también han aprendido a manipularlas recurriendo a la fuerza bruta. "Aprovechan un descuido, cuando no estamos cerca del probador, para arrancarlas de cuajo en alguna de las prendas con las que entran", dice la encargada de una tienda de ropa del Paseo.

Entre los amigos de lo ajeno la denominada "bolsa biónica" es muy socorrida: consiste en revestir el interior de un bolso con papel de aluminio para bloquear el sonido de las alarmas. "En los últimos meses nos han robado alrededor de 4.000 euros en ropa solo en la sección de señora", informan en otro establecimiento del centro. "Con estas prácticas no nos enteramos de que nos faltan prendas hasta que hacemos recuento periódico", explican.

El incremento de los hurtos en fechas navideñas se extiende también a los barrios, aunque en menor medida. Un establecimiento de bisutería de As Lagoas fue escenario elegido por una mujer para sustraer unos pendientes. "Me los pidió para verlos y dijo que no le convencían. Se fue y cuando me di cuenta los pendientes ya no estaban", apunta la dependienta del comercio.

Ponte Vella es también lugar recurrido por los malhechores en estas fechas, en las que la afluencia de gente es masiva y "se convierte en terreno fácil para el hurto", explican fuentes policiales. "Incluso actúan por parejas; mientras uno te entretiene el otro se mete en los bolsillos lo que encuentra a su alcance", dice un afectado del recinto comercial ourensano.

En la otra punta del hilo, los comercios tratan de combatir los hechos con el refuerzo de personal y sistemas de vigilancia porque la estimación es que este delito se mueve en torno al 1% de la facturación anual.

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