Cae octubre como hoja en otoño y entra noviembre con la celebración del Día de Todos Los Santos, con los cementerios y los recuerdos como citas habituales. Hay más de 900 camposantos en la provincia y cerca de la mitad están ya en máximos de ocupación.
Hay, por otra parte, espacios de reposo de restos mortales que son en sí mismos lugares de respeto, no solo a los que allí fueron enterrados, sino porque su propia configuración así lo determina.
Es el caso del cementerio de San Francisco en la capital, declarado como Bien de Interés Cultural en el año 2000 y en un penoso estado de abandono. De nuevo el Concello de Ourense hace gala de su falta de respeto y sensibilidad, pero también de su ignorancia sobre los espacios de su competencia que debe preservar.
Pero, lamentablemente, esta situación no es nueva y se puede sumar a la lista de despropósitos que jalonan la ciudad. Solo los dirigentes inmaduros y superficiales faltan al respeto a su historia y a la memoria de sus ancestros. Es el caso, sin duda.