Contó con 161 participantes y 60 comunicaciones, de las que la mitad fueron expuestas por jóvenes

El congreso del Císter ensalza en Oseira la vida monacal y su relación con el Xacobeo

Obispos y arzobispos en la clausura del IV Congreso Internacional del Císter. (Foto: José Paz)
El acto de clausura del IV Congreso Internacional Císter en Portugal y en Galicia se desarrollaba ayer en el monasterio de Oseira, después de dos días en Braga, en donde se dieron cita 161 participantes y se expusieron 60 comunicaciones. Los asistentes des tacaron el interés de los jóvenes por la orden, al tiempo que se refirieron a la espiritualidad de la vida monacal y a su implicación con los peregrinos. Su influencia cultural y económica fueron algunos de los aspectos que se abordaron.
El monasterio de Oseira, en San Cristovo de Cea, acogió ayer el acto y la misa solemne de clausura del IV Congreso Internacional Císter en Portugal y en Galicia sobre ‘Los Caminos de Santiago y la Vida Monástica Cisterciense’. Durante los pasados uno y dos de octubre 161 participantes se dieron cita en Braga, en la Universidad Católica Portuguesa, en donde se expusieron un total de 60 comunicaciones, cuyas temáticas giraron en torno a la historia, el arte y la espiritualidad.

Asimismo, este cuarto congreso de la Orden Cisterciense ha tenido en cuenta la proximidad del Año Santo Xacobeo, en el 2010, y en ese sentido los Caminos de Santiago y su relación con el monacato peninsular estuvo presente durante las tres jornadas de trabajo.

El acto de clausura contó con la presencia de los congresistas, distintos ponentes y representantes de la Iglesia, además de autoridades provinciales. Entre ellos, el arzobispo de Braga, Eurico Días; el arzobispo de Compostela, Julián Barros; el obispo de Ourense, Luis Quinteiro; el delegado diocesano de Patrimonio en Ourense, Miguel Ángel González; el abad de Oseira, Juan Javier Martín, y Martínez Camiño, obispo auxiliar de Madrid, que se encargó de la conferencia de clausura. Entre las autoridades, asistieron el presidente de la Diputación, José Luis Baltar; el delegado de la Xunta, Rogelio Martínez; el subdelegado del Gobierno, Camilo Ocampo, y el alcalde de Cea, José Luis Valladares, entre otros.

El acto tuvo un significado especial debido a la canonización el próximo día 11 de octubre del hermano Rafael Armaiz Varón, que se convierte en el primer santo de la orden de la Edad Moderna, para lo que han tenido que transcurrir 845 años.

Influencia

Miguel Ángel González destacaba la importancia de la presencia del Císter en Galicia, incluso en esta zona como introductores de los viñedos de O Ribeiro, y su gran influencia en la cultura, historia y economía. ‘Os monxes son hospitalarios, siguen acollendo ós peregrinos’, manifestó refiriéndose al próximo Año Xacobeo. Una de las observaciones de los asistentes tenía que ver con el interés que suscita la orden entre los investigadores y entre los jóvenes, que presentaron 30 comunicaciones. Asimismo, se ensalzó la vida monacal que mantiene los valores espirituales de sus raíces.

‘Ser cristiano es estar enamorado de Cristo’

Martínez Camiño, encargado de la conferencia de clausura del congreso, se refería a la próxima canonización del hermano Rafael, insistiendo en que ‘introducirá en la Iglesia un impulso de locura por Cristo’, y añadía que ‘ser cristiano no consiste en seguir una ideas, es estar enamorado de Cristo’. En relación al significado de la presencia de la Orden Cisterciense en Galicia, matizó que ‘las raíces de la cultura, la historia, arte e incluso la agricultura en esta tierra están marcadas por el monacato’, y añadió que ‘es un estilo de vida centrado en la alabanza a Dios y con la vertiente humana de hacer cultura’.

Por su parte el abad de Oseira, Juan Javier Martín, expresaba sus deseos de que ‘algún día se cumplirá el sueño de la presencia de la orden en Portugal’. En la misma línea, habló de la vida monástica que mantiene las raíces de sus orígenes: ‘seguir a Jesús en una vida retirada, pero que se impregna de cultura y patrimonio’.

Una vez concluido el acto de clausura se celebró una solemne misa monástica de acción de gracias, en gregoriano. Posteriormente, los asistentes participaron en una comida, para acabar con una visita guiada por el monasterio.





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