La fiesta dejó 380 toneladas de basura en la ciudad

Diecisiete ourensanos acabaron en el hospital por intoxicaciones etílicas y consumo de drogas

La música del grupo Los Sátélites congregó a numerosos ourensanos en la carpa que instaló el Concello en la Praza Maior. (Foto: Marcos Atrio)
Los ourensanos dieron la bienvenida al año nuevo sin graves incidencias y la fiesta impuso y 17 personas terminaran en el hospital por intoxicaciones etílicas. La Policía Local cerró dos locales por carecer de licencia para organizar fiestas. Los operarios de limpieza recogieron entre las noche del día 31 y la madrugada 382.000 kilos de basura en las calles y contenedores de la ciudad. La fiesta de fin de año dejó 23.000 kilos de restos, la mayoría papeles y botellas, en la vía pública.
La Policía Local denunció a dos hosteleros de la ciudad por organizar ‘cotillones’ en sus respectivos locales, situados en las calles Juan XXIII y Remedios, y carecer de licencia. Fueron las dos únicas fiestas ilegales que detectaron los agentes durante la Nochevieja y a los dueños de los locales, que tuvieron que cerrar las puertas, les fue abierto un expediente que culminará con una sanción económica.

Los clientes continuaron la fiesta en la calle, que estaba abarrotada de personas. Los negocios de diversión del casco antiguo estaba a las cuatro de la madrugada llenos, una situación que se repetía en restaurantes, cafeterías, bares e incluso la carpa que instaló el Concello en la Praza Maior.

Las fuerzas de seguridad y efectivos de emergencia no registraron incidencias más graves, aunque el consumo de alcohol y otras sustancias provocó que 17 personas acabaran recibiendo el año en el Servicio de Urgencias a causa de intoxicaciones etílicas y consumo de sustancias estupefacientes. De ellos, 10 fueron atendidos en el Complexo Hospitalario y los siete restantes en los hospitales de Verín, Valdeorras y los centros de saúde de Xinzo y Carballiño, además de las ambulacias asistenciales del 061.

Pero no fueron los únicos que acabaron recibiendo el año en un hospital, dado que al Servicio de Urgencias del CHOU acudieron otras seis personas con heridas provocadas en cuatro peleas, que se registraron en las calles Correxidor y Valle Inclán, además de la Praza das Mercedes y el Parque de San Lázaro. Los lesionados presentaban hematomas y contusiones en el rostro, pecho y extremidades, pero ninguno de ellos, según fuentes del centro sanitario, precisó ser internado. Otras cuatro personas fueron atendidas de heridas leves producidas en accidentes de tráficos que se registraron en Verín, A Baixa Limia, O Barco y la ciudad. ‘Fue una noche bastante tranquila pese a que se registró bastante circulación, sobre todo a partir de las dos de la madrugada’, aseguraron en Tráfico.

La Policía Local de la ciudad intervino en dos actos vandálicos. El primero fue sobre la dos de la madrugada cuando un grupo de jóvenes dio la vuelta a un turismo de matrícula portuguesa que estaba estacionado en los alrededores del Campus universitario. El otro se produjo en la mañana de ayer, sobre las 10.30 horas, cuando un vecino de la calle Celso Emilio Ferreiro se percató de que le habían destrozado la cerradura de la puerta de su vivienda y el buzón de correo. Los bomberos recibieron dos llamadas, una para sofocar un incendio en un bajo y la otra para limpiar aceite que se había derramado en un garaje. El fuego, que se originó por un cortocircuito, lo sofocaron en diez minutos, sin que se registraran daños en el inmueble, situado en la calle Otero Pedrayo.

Durante la Nochevieja se registraron otros dos incendios en viviendas de Xinzo y Ribadavia. El primero se originó cuando la dueño del inmueble estaba haciendo la cena y las llamas afectaron a la cocina. El segundo fue en una casa de A Ventosela y el fuego comenzó en una chimenea pero la rápida intervención de los bomberos evitó que se propagara por el resto del inmueble.

El día después

Las calles de la ciudad normalmente suelen llenarse de viandantes y coches a partir de las siete de la mañana, pero ayer, la fiesta de bienvenida del 2009, fue al revés. A partir de las siete de la mañana, el bullicio se iba apagando y las calles se quedaban vacías. Entre la nueve y las diez de la mañana, los viales Paz, Lepanto, Santa Eufemia y las plazas Maior, Trigo y Ferro, que por la noche habían concentrado a cientos de personas, estaban prácticamente desiertas.

La misma imagen se apreciaba en las avenidas de la Habana, Juan XXIII, Progreso o Paseo. El silencio sólo lo rompían los trabajadores y camiones de la empresa del servicio de limpieza Urbaser. Los operarios recogie ron 183.000 kilos de restos, un 70 por ciento más que un día normal. De este volumen de basura, según datos facilitados por la propia empresa, 160.000 kilos estaban debidamente colocados en los diferentes contenedores, pero los 23.000 kilos restantes estaban esparcidos por la vía pública y entre los restos predominaban los papeles, botellas y vasos de cristal y plástico.

Los trabajadores no daban por concluida lo que bautizaron como ‘operación nochevieja’ hasta la madrugada de hoy, ‘porque muchos vecinos y dueños de negocios no sacaron la basura y suelen hacerlo al día siguiente. En total, se recogerán 382.000 kilos de residuos’, explicaron en Urbaser.

Sobre las 06.30 horas se producía el reventón de una tubería del abastecimiento en al carretera de A Granxa dejando a 600 vecinos sin agua. Los operarios de Aquagest no subsanaron la avería hasta las 12.00 horas.



Te puede interesar