La hija declaró por espacio de cuatro horas en un duro interrogatorio

'Me dijeron que mi padre está debajo de un pilar'

La primera en prestar declaración fue Berta Collarte, la hija del empresario desaparecido.
Su interrogatorio se inició en la sesión matinal y continuó por la tarde por espacio de casi cuatro horas. Relató ante el tribunal mixto, compuesto por tres jueces y un jurado de cuatro miembros, con cuatro suplentes, como un año antes su padre habría sufrido un secuestro exprés en Patos. 'Varios individuos le abordaron, le introdujeron en la parte de atrás de un coche de matrícula portuguesa y le amenazaron. Le dijeron que le daban diez días para que entregara 150 millones de pesetas, (901.518euros) que era la indemnización que mi padre estaba esperando cobrar por una expropiación de terrenos en Santiago. Sabían mucha información sobre mí y mis hijos, y amenazaron con matarnos si no se les daba el dinero' (y que nuca se pagó).

A raíz de ese momento, Berta aseguró que la Guardia Civil aconsejó a Collarte que no permaneciera solo nunca.'Él estaba aterrorizado, por eso se le puso a una persona de confianza para que velara por él'.

Las diligencias previas sobre este primer secuestro quedaron archivadas en un Juzgado de Vigo por falta de pruebas, sin embargo, la titular del juzgado, según relato Berta Collarte, 'aconsejó a mi padre que no estuviera a solas con Lavandeira', ex socio del ourensano y uno de los acusados de su desaparición. De hecho, el constructor prestó en su día declaración en calidad de imputado en relación al secuestro exprés de Patos sin que pudiera concretarse posteriormente una acusación.

Sin embargo, Guillermo Collarte, que no debía contarle a su socio nada, acabó confiando en él. 'Mi padre se dio cuenta de que se había equivocado, pero estaba enfermo y tenía miedo y no podía creer que después de ocho años juntos como socios, tuviera algo que ver con su rapto', aseguró Berta Collarte.

El interrogatorio vespertino resultó duro por la agresividad de las preguntas que le formularon.

Así, los abogados la inquirieron de forma insistente sobre quién era el beneficiario de la muerte, a lo que respondió que ella en ningún caso, porque la sociedad se disolvió (integrada por Torres Abalo, por un lado, Lavandeira, Collarte y su hija por otro) incurriendo en pérdidas.

El juez le preguntó si ya que su padre estaba enfermo y amenazado por qué no contrató seguridad. No obstante, Berta relató que había siempre con él tres personas día y noche.

Quizá lo más llamativo fue cuando la hija del industrial contó que habló en la cárcel con Víctor Manuel Dias, el sicario portugúes imputado, quien le dijo que estaba dispuesto a decirle el paradero de su padre, 'porque lo que quería era dejar su honor limpio. El propio Víctor le puso en un papel que Lopes, Lavandeira y Matos (el contratista de la obra, pero que no está imputado ya que no se hallaron pruebas incriminatorias) serían los que estaban detrás. 'Eso me dijo el sicario', declaró.

Relató que otra vez que fue a prisión 'me aseguró un delincuente que quizá acabaría por saberse que el cuerpo de Collarte estaba en un pilar de una obra en Viana do Castelo. Luego, en otra ocasión por teléfono (en relación al juicio de Ourense por amenazas), me amenazaron con matarme como a mi padre, y reconocí la voz de Víctor.

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