LR- Por tercer año consecutivo, los hijos de los residentes senegaleses en la ciudad pasan el verano con sus progenitores, gracias al programa municipal ’Encuentros en familia’, dotado con 13.000 euros, que cuenta con la colaboración de la Consellería de Familia, la Embajada Española en Senegal y la Subdelegación del Gobierno.
Louga, Mbour y Dakar Capital son las localidades de origen de los 12 niños senegaleses que, desde el 27 de julio, pasan las vacaciones de verano con sus padres. La particularidad de esta iniciativa radica en que los progenitores de estos pequeños son residentes en Ourense y, por lo tanto, durante el resto del año están separados por miles de kilómetros.
Dadas las condiciones socioeconómicas y laborales existentes en Senegal, cada vez son más sus ciudadanos que deciden buscar un futuro mejor para ellos y sus familias, en España. Aún así, como inmigrantes subsaharianos, padecen problemas culturales y de racismo que dificultan el acceso al mundo laboral y a la inserción social, dedicándose la mayoría a la venta ambulante, lo que conlleva a que su situación económica sea precaria. Así, en 1996 nació la Asociación de Inmigrantes Senegaleses de Ourense, iniciando su actividad en la ciudad para promover la solidaridad entre los ciudadanos ourensanos y senegaleses.
Fruto de la colaboración de este colectivo con el Concello, surgió hace tres años el programa ’Encuentros en Familia’, destinado a reunir a estos inmigrantes con sus vástagos. Con la colaboración de la Consellería de Familia, la Embajada Española en Senegal y la Subdelegación del Gobierno, esta iniciativa cuenta con un presupuesto de 13.000 euros, según destaca la concejala de Servizos Sociais, Marga Martín. Los pasajes de avión, los seguros de responsabilidad civil, los autobuses al aeropuerto, las actividades de ocio y la atención sanitaria se sufragan con esta partida que atiende a los ocho niños y cuatro niñas de entre ocho y 16 años.
Bassirou Sene, presidente de la Asociación de Inmigrantes Senegaleses, señala que esta iniciativa es sumamente enriquecedora y emotiva para los residentes del país africano en Ourense, dado que es una oportunidad para pasar más de un mes con los hijos a los que tuvieron que dejar en Senegal para buscar un futuro mejor. Y los niños, además de reencontrarse con sus progenitores, pasan el verano en un entorno diferente, conociendo otra cultura y haciendo amigos ourensanos.
