Los esprays de pimienta disparan ventas con el covid

La armería Jardín en la calle del Progreso. // Martiño Pinal
photo_camera La armería Jardín en la calle del Progreso. // Martiño Pinal
Esta arma legal triunfa entre el público femenino que busca protegerse de posibles agresiones

Las armerías ourensana atraviesan la pandemia, en palabras de Jose Miguel Dapía, de Armería Jardín, "a golpes". Los meses de confinamiento los mantuvieron en vilo y las temporadas de cierres perimetrales limitaron el negocio: "El 70% de nuestra clientela es de fuera de Ourense, y los que eran de la ciudad no podían ir fuera a cazar o  a pescar", explica Dapía. Afirman que "pudimos perder un 50% de las ventas".

Mientras los utensilios más tradicionales experimentaban pequeños repuntes al inicio de las temporadas de caza y de pesca, y grandes caídas  con los cierres perimetrales, los esprays de pimienta se alzaron como una de las armas más vendidas.

En este caso se venden para defensa personal y sus compradores atienden mayoritariamente a un mismo perfil: "Por desgracia la mayoría son chicas jóvenes, por miedo a una agresión. También señoras que entran muy temprano o salen muy tarde de trabajar", explican desde la armería Deportes el 21, quienes llevan 40 años en el negocio de las armas.

Sí, son legales

Por otra parte, en la armería Jardín confirman de que "en una sola semana se pueden vender hasta 20 esprays, sobre todo se dio un repunte después de la pandemia". Además, suele darse un efecto llamada: "Las ventas aumentan especialmente cuando ocurre una agresión sexual en Ourense".

Pese a la creencia popular de que estos aerosoles son ilegales, "siempre que estén homologados y la persona sea mayor de edad, no hay problema", indica Dapía. 

Su efecto provoca que al agresor se le dilaten las pupilas y pierda la visibilidad durante, como mucho, media hora. Además, las partículas quedan impregnadas un tiempo en la piel del agresor, posibilitando en muchos casos que pueda ser identificado.

En embarcación: prohibida la pesca con muerte

Las armerías ourensanas no disfrutan de la mejor temporada de pesca, dada la nueva normativa en conjunto a la situación de pandemia. Desde la armería O Taller do Antonio, en San Cibrao, lamentan que la normativa de pesca de este año limite la pesca en embarcación a pesca sin muerte: "Limita a mucha gente, nos obstaculizaron el camino, muchos ya no van y no compran material de pesca", explican. Creen que la "captura y liberación" es un sin sentido porque "la mayoría de los utensilios no están preparados para ello, no permiten devolver a los peces con vida", indican desde O taller do Antonio.  "Antes esto era un hervidero de gente, pero ahora todos parecen estar esperando algo y las medidas, no ayudan", lamentan.

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