Se adhirió el recurso del fiscal para que la Audiencia no archive la mortandad de peces del 2009
La Audiencia tiene la última palabra para continuar o no con la instrucción penal del procedimiento penal abierto a raíz de la mortandad de 17.000 peces de distintas especies en junio de 2009 en el río Barbaña, tras el archivo decretado por el titular del Juzgado de Instrucción 1. El magistrado considera que el vertido tóxico desde la estación depuradora (Edar) de aguas residuales de San Cibrao, causante de la mortandad, no se debe a una imprudencia grave que permita imputar a los gestores de la Edar y el Concello de San Cibrao, en cuanto propietario de la estación, un delito contra los recursos naturales y el medio ambiente, contrariamente a los que considera la fiscal, la acusación particular que ejerce Ríos Limpos y ahora el abogado del Estado. Este último se personó en el proceso a finales del pasado año y se adhirió al recurso del ministerio público, recurriendo el archivo de la causa.
Según el abogado del Estado en Ourense, José María Pérez Álvarez, el Ministerio de Medio Ambiente se persona en esta causa siguiendo las instrucciones de la Dirección General del Agua, para perseguir todos aquellos delitos que atenten contra el dominio público hidráulico y así hacer que los daños sean convenientemente tasados. En este caso, la mortandad de los peces, tal como consignó la Confederación Hidrográfica Miño-Sil en la diligencias previas, produjo una afectación al cauce del Barbaña valorada en 219.849 euros.
La fiscalía sostiene que los operarios de la Edar, al dejar salir el vertido sin tratar, vulneraron las norma protectoras del medio ambiente, lo que supuso una condcuta "idónea para originar un riesgo grave para el bien jurídico protegido". En el recurso, la fiscal de Medio Ambiente, Carmen Eiró, recuerda que el organismo de cuenca abrió un expediente a Espina y Delfín (empresa gestora de la depuradora) por efectuar un vertido no autorizado fuera de los parámetros permitidos.
La contaminación que llegó a la Edar a través de la red municipal de saneamiento no fue desviada al tanque pulmón para aminorar el daño ecológico al dominio público hidráulico, neutralizando con sosa el vertido.
