Japón presenta grandes oportunidades de negocio para el sector vinícola ourensano, según explicaron ayer los responsables de negocios de Japan External Trade Organization en una jornada en la Cámara de Comercio, que instaron a las empresas ourensanas a entablar negocios en el país. Por el momento, la relación comercial de Ourense con Japón es escasa: las empresas ourensanas vendieron el año pasado productos por valor de 501.000 euros, de los que sólo 25.400 correspondían a vinos.
El mercado japonés ofrece un gran potencial para los vinos gallegos aunque, por el momento, la relación comercial con Ourense es muy reducida. Con el objetivo de abrir canales de colaboración entre ambos países, la Cámara de Comercio organizó ayer una jornada en la que estuvieron presentes Takamoto Tozuja, director general de Japan External Trade Organization (Jetro) en Madrid, e Ignacio Blanco, responsable de estudios económicos en esta entidad. Además, dentro de dos semanas, una delegación de importadores y distribuidores de Japón visitará Galicia, para conocer las denominaciones de origen.
El vino de Galicia ya tiene cierto mercado en Japón, sobre todo el blanco, como el Albariño, pero hay oportunidades para otras denominaciones de origen, indicó Tozuja. De hecho, los blancos gallegos gozan de prestigio entre los profesionales nipones, aunque tienen que competir con los alemanes, muy introducidos en el país.
Por su parte, Ignacio Blanco destacó la existencia de otros sectores que pueden encontrar oportunidades de negocio en Japón. De hecho, ya se encuentran bastante implantado el marrón glacé y se está incrementando el consumo de jamón curado. También hay un amplio mercado para las manufacturas de piedra (parte del nuevo Ayuntamiento de Tokio se cons truyó con piedra procedente de Galicia).
Sin embargo, la relación comercial con este país requiere del previo conocimiento de unas claves sobre su cultura empresarial, según explicó Ignacio Blanco. En Japón, las decisiones son más lentas, se ha de tener una cierta paciencia para acercarse al mercado. Los japoneses estudian muy bien los negocios, porque los plantean a largo plazo, no quieren algo esporádico, señaló. Para orientar a los empresarios, tanto las Cámaras de Comercio como Jetro dispo nen de asesores.
Las exportaciones de productos ourensanos a Japón suponen una pequeña parte del comercio exterior que realizan las empresas de la provincia. El año pasado, las firmas ourensanas vendieron productos por un total de 501.000 euros, de los que algo más de la mitad (en concreto, 287.900) correspondían al sector textil. Los vinos, no obstante, supusieron sólo 25.400 euros.
Mientras, Galicia vendió productos por 39 millones, de los que 199.000 euros correspondían a vinos.
El vino de Galicia ya tiene cierto mercado en Japón, sobre todo el blanco, como el Albariño, pero hay oportunidades para otras denominaciones de origen, indicó Tozuja. De hecho, los blancos gallegos gozan de prestigio entre los profesionales nipones, aunque tienen que competir con los alemanes, muy introducidos en el país.
Por su parte, Ignacio Blanco destacó la existencia de otros sectores que pueden encontrar oportunidades de negocio en Japón. De hecho, ya se encuentran bastante implantado el marrón glacé y se está incrementando el consumo de jamón curado. También hay un amplio mercado para las manufacturas de piedra (parte del nuevo Ayuntamiento de Tokio se cons truyó con piedra procedente de Galicia).
Sin embargo, la relación comercial con este país requiere del previo conocimiento de unas claves sobre su cultura empresarial, según explicó Ignacio Blanco. En Japón, las decisiones son más lentas, se ha de tener una cierta paciencia para acercarse al mercado. Los japoneses estudian muy bien los negocios, porque los plantean a largo plazo, no quieren algo esporádico, señaló. Para orientar a los empresarios, tanto las Cámaras de Comercio como Jetro dispo nen de asesores.
Las exportaciones de productos ourensanos a Japón suponen una pequeña parte del comercio exterior que realizan las empresas de la provincia. El año pasado, las firmas ourensanas vendieron productos por un total de 501.000 euros, de los que algo más de la mitad (en concreto, 287.900) correspondían al sector textil. Los vinos, no obstante, supusieron sólo 25.400 euros.
Mientras, Galicia vendió productos por 39 millones, de los que 199.000 euros correspondían a vinos.
