El calendario anual emplaza en la provincia de Ourense una serie de grandes citas ineludibles para los amantes de la cultura y la fiesta.
Buena parte de ellas se celebran durante los meses de verano, aunque otras, como es el caso de Raigame, de la Miteu o del Festival de Cine, se suceden con la llegada de la primavera, del invierno o del otoño. Parte de las actividades escapan del calor y otras lo hacen del frío, y, a grandes rasgos, parece que algunas saben capear mejor la crisis económica. Si en los últimos días eran los concellos de Narón, en A Coruña, y Cangas, en Pontevedra, los primeros en anunciar la supresión de algunos actos festivos, el primero en caer en la provincia de Ourense ha sido el Folión Castrexo de Celanova. La dependencia económica materializada en la falta de ayudas ha llevado al Concello a suspender, en principio para este año, el Folión Castrexo, que alcanzaría su XIII edición
Por lo de pronto, no se han dado noticias de que el caso de Celanovavaya a ser seguido por alguna otra fiesta ourensana. De lo que si hay conocimiento es de los recortes que van a sufrir parte de los festejos. Los más afectados son aquellos cuya financiación depende, en buena medida, de las aportaciones institucionales. Desde la Administración, siguiendo una política de austeridad y contención del gasto, han reducido sus gastos en todos los sentidos, también en el cultural. Los organizadores de la Festa da Istoria, que tendrá lugar en las próximas fechas, cuentan con recibir alrededor de un 20% menos de lo que venían recaudando hasta la fecha.
En la cara opuesta, se encuentran actividades con larga trayectoria como la Festa do Boi de Allariz. Su financiación es privada, compuesta por las aportaciones vecinales y la recaudación de los productos publicitarios. Hay casos, como los del Festival de Cine o la Romaría Etnográfica Raigame, que si cuentan entre sus fondos con financiación pública. El primero está sostenido por la Consellería de Cultura, la Diputación y el Concello de Ourense. Hasta la fecha, no ha sufrido recortes mayores y tampoco está previsto que los sufra de cara a esta XVI edición. Lo mismo ocurre en las fiestas del Corpus, que reservan una partida próxima a los 350.000 euros y que la concelleira de Cultura, Isabel Pérez, anució como 'la más ajustada de Galicia' (eventos como el Derrame Rock, celebrado por primera vez este año, contaron con una financiación aparte). La Romaría Raigame, cuya organización culmina con una fiesta cada 17 de mayo en Vilanova dos Infantes también ha mantenido los costes en los últimos años.
Por lo de pronto, no se han dado noticias de que el caso de Celanovavaya a ser seguido por alguna otra fiesta ourensana. De lo que si hay conocimiento es de los recortes que van a sufrir parte de los festejos. Los más afectados son aquellos cuya financiación depende, en buena medida, de las aportaciones institucionales. Desde la Administración, siguiendo una política de austeridad y contención del gasto, han reducido sus gastos en todos los sentidos, también en el cultural. Los organizadores de la Festa da Istoria, que tendrá lugar en las próximas fechas, cuentan con recibir alrededor de un 20% menos de lo que venían recaudando hasta la fecha.
En la cara opuesta, se encuentran actividades con larga trayectoria como la Festa do Boi de Allariz. Su financiación es privada, compuesta por las aportaciones vecinales y la recaudación de los productos publicitarios. Hay casos, como los del Festival de Cine o la Romaría Etnográfica Raigame, que si cuentan entre sus fondos con financiación pública. El primero está sostenido por la Consellería de Cultura, la Diputación y el Concello de Ourense. Hasta la fecha, no ha sufrido recortes mayores y tampoco está previsto que los sufra de cara a esta XVI edición. Lo mismo ocurre en las fiestas del Corpus, que reservan una partida próxima a los 350.000 euros y que la concelleira de Cultura, Isabel Pérez, anució como 'la más ajustada de Galicia' (eventos como el Derrame Rock, celebrado por primera vez este año, contaron con una financiación aparte). La Romaría Raigame, cuya organización culmina con una fiesta cada 17 de mayo en Vilanova dos Infantes también ha mantenido los costes en los últimos años.
