El dominicano Hipóloto Sánchez llegó hace dos años a Ourense para reunirse con su mujer y como encontrar un trabajo es más difícil que 'el gordo de la lotería', se metió a pulpeiro de éxito. 'Lo prepara muy bien', aseguran

'Á feira' con toque dominicano

Hipólito Sánchez, el pasado viernes en Toén, lleva desde mayo del año pasado preparando pulpo por los concellos de Ourense. (Foto: MARTIÑO PINAL)
Es un fenómeno como pulpeiro, la verdad es que yo no noto la diferencia con el de O Carballiño'. El fenómeno es Hipólito Sánchez, un dominicano que lleva dos años instalado en el oursensano barrio de A Valenzá. La que regala el cumplido, 'muy merecido', es Teresa, propietaria del café merendero Granca's en Toén. El avezado pulpeiro esboza una sonrisa como muestra de agradecimiento mientras deja en la barra una copiosa ración de pulpo 'á feira'.
Regresa a los fogones a toda pastilla porque hay que aprovechar la clientela que a esa hora se lleva unas raciones de pulpo para completar la comida. 'Nosotros no le miramos el carnet de identidad. Su pulpo es exquisito', añade un cliente mientras el pulpeiro dominicano trocea el exquisito cefalópodo.

Hipólito Sánchez monta el negocio en Toén todos los viernes, los sábados acude a Trasalba y los domingos vende en Castro Caldelas. Los tentáculos de la vida son muy largos y se enredan con facilidad. Él era comercial en Moca, una región del norte de la República Dominicana, pero hace dos años aterrizó en Ourense para reencontrarse con su mujer María Altagracia, que por aquel entonces tenía trabajo. Hipólito también lo buscó de todas las maneras, pero 'es más difícil conseguir un empleo que salir agraciado en el gordo de la lotería', confiesa.


LOS COMIENZOS

Gracias a unos amigos comenzó a trabajar con los pulpeiros de O Carballiño haciendo sustituciones, cubriendo las vacaciones y arrimando el hombro en las épocas de mayor actividad. Consiguió descifrar los secretos del oficio y decidió establecerse por cuenta propia en mayo del año pasado. 'Los comienzos son difíciles, la crisis se nota en todos los negocios, pero no podemos estar de brazos cruzados. Espero que la cosa mejore en verano porque con el mal tiempo la gente se anima menos', afirma con resignación.

Este dominicano alegre se gana a la gente con su amabilidad. Ya ha cumplido 42 años y no pierde la esperanza de 'facer unha feira' con su negocio de pulpo.

Él se entrega. A las 9.30 horas de la mañana del viernes ya estaba calentando el agua para elaborar el producto delante del Concello de Toén, esperando con paciencia a la clientela. 'El chaval es magnífico, le deseo toda la suerte del mundo', añade Teresa. 'El producto es magnífico y lo sabe preparar como si llevase toda la vida en ello', insiste la dueña de la cafetería de Toén.

'La inversión para arrancar ha sido chiquita, aunque en mi caso cualquier cantidad resulta muy grande. Tuve que comenzar con una furgoneta viejita, la que me podía permitir', comenta Hiopólito sin perder la sonrisa. Comenzó acudiendo a Castro Caldelas todos los sábados y domingos y desde el mes de julio amplió su negocio en Toén. 'Se necesita tiempo para que la gente sepa que estás aquí todos los viernes y puedan llevarse unas raciones de pulpo'.

Desde hace un tiempo ha cambiado la ruta según va cotejando los ritmos de la venta, que es lo que mejor sabía hacer en la República Dominicana: 'Allí vendía todo tipo de productos'. Los sábados se desplaza a Trasalba, en el concello de Amoeiro, y los domingos es un fijo en Castro Caldelas. Instala, con gran olfato, su puesto en la plaza central, justo en el cruce de la carretera de Ourense con la de Monforte de Lemos.

Hipólito ya es muy conocido en la comarca y muy querido en la Cafetería Rubio. 'Nunca falla', explica Jorge mientras sirve un café. Incluso el pasado domingo, con la llamada ciclogénesis explosiva espantando al más atrevido las ganas de ponerse a asustar las tres veces reglamentarias el pulpo, a la plaza de Castro Caldelas llegó puntual el pulpeiro dominicano para levantar un día más su puesto.

El pulpo en estos tres concellos ourensanos se sigue tomando 'á feira', pero el toque dominicano de Hipólito Sánchez no falla.

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