“Una fiesta en la que no hay edad”

César Pérez, junto a su medio de vida durante muchos años, una bicicleta.
photo_camera César Pérez, junto a su medio de vida durante muchos años, una bicicleta.
“No encuentro mejor escaparate, todos nos debemos sumar”, recalca el exciclista ourensano César Pérez

Amis dos hijos les inculco dos cosas, el deporte y el estudio. Todo lo que sea hacer deporte es bueno, y en este sentido el Día da Bici es una fiesta a la que todos nos debemos sumar”. César Pérez, profesional del ciclismo durante tres temporadas, con dos Vueltas a España en el currículum, las de 1999 y 2000.  Fue ese año en el que colgó los pedales.

“No encuentro un mejor escaparate que el Día da Bici, una fiesta en la que no hay edad. Tengo dos hijos, uno de catorce años y otro de doce. Uno hace escalada, el otro está en los cadetes del Ourense CF. Desde luego que tenemos intención de acudir (el domingo), vamos a ir los cuatro, también mi mujer”, adelanta.

Remarca el ourensano que “me gustan todos los deportes, unos más que otros, pero sobre todo  los que se desarrollan al aire libre. Me encantan la natación, el piragüismo, el esquí. Y por supuesto el ciclismo. Lo que no me veo es encerrado en un gimnasio. La verdad es que de los deportes a descubierto es raro que me canse”.

SENSACIÓN DE LIBERTAD

¿Qué  es lo que hace al ciclismo diferente? “La sensación de libertad, eso de que te dé el aire en la cara, un poco como ir en moto, como ir hasta Vigo y volver. Es un deporte que me enganchó desde el segundo año en Infantil. La verdad es que habría estado más años dedicándome a él de una forma profesional”, remarca César Pérez, que compartió pelotón durante aquellas dos rondas al territorio nacional con figuras como Induráin, Pantani, Chava Jiménez, Cipollini o Armstrong. También con el murciano Valverde, que con más de cuarenta años disputa su última temporada. “Recuerdo que ya se empezaba a escuchar su nombre”, precisa.

¿Qué le ha enseñado el ciclismo? “A sufrir, algunos se cansan, otros continúan adelante. Muchas veces no sabemos hasta donde el cuerpo puede ser capaz de llegar. El ciclismo te enseña sacrificio, le proporciona unos valores que te van a ser muy útiles a lo largo de la vida. Unos valores que en cierta medida se están perdiendo. Todos los deportes te dan un plus, te ayudan mucho, pero el ciclismo más aún”.

 “Que el Día da Bici vuelva a nuestras vidas supone mucho, especialmente para la moral de la gente. Mucha lo está pasando mal, en ese sentido es un aliciente importante volver a disfrutar de un domingo en el que las bicicletas sean las protagonistas. Un domingo en el que gritar que hay vida”, recalca Pérez. “Yo he ido muchísimos años al Día da Bici, pocos son los que me he perdido. Primero fui como invitado, por aquello de la foto delante, luego ya como uno más. Trato de ir siempre, de involucrar a gente también, a mi sobrino, que hace bici de montaña y carretera, a mis hermanas”, remarca.

“Son ya muchas ediciones, es algo que va con la ciudad, como la San Martiño. Se trata de salir a la calle, de ocuparla. De circular por donde algún día habrá más bicis que coches, una práctica muy saludable abierta a todas las edades. Una fiesta, los niños se la toman como si fuese una carrera”, finaliza.

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