Historias de un sentimental

Aquellos formidables motoristas de la policía municipal

Motoristas municipales con el sargento Comes
photo_camera Motoristas municipales con el sargento Comes

Conforme la vieja tradición de la prensa española, el 28 de diciembre “La Región” publicaba en primera página una inocentada. Era una broma a sus lectores, casi siempre de hechos divertidos, verosímiles o no, que sorprendían al vecindario. En la radio hacíamos lo mismo. Sería buena una recapitulación de aquellas falsas noticias que se convertían en un tema de conversación en la ciudad. Uno de aquellos años sesenta, nuestro periódico publicaba la noticia de la instalación, con foto incluida, de unos vistosos semáforos en la calle del Paseo (que nunca llamamos José Antonio, aunque fuera su nombre oficial que sustituyera, si no recuerdo mal al de Paz Novoa). Y la gente se lo creyó y fue a ver. En aquel tiempo, de aquel Ourense poco motorizado, sí teníamos una vistosa sección motorizada de la policía municipal, a la que corresponde la foto, en la que aparecen los agentes con el recordado sargento Comes, entrañable personaje del que ya hablamos aquí.

Pero, aunque en aquel evocado Ourense el tráfico fuera discreto, ya eran conocidos y famosos los agentes de tráfico, a pie, con su característico “salacot”, que tenían asignado cruce fijo para dirigirlo, pero sobre todos ellos destacaba la apostura y buen hacer del sargento Comes, que fuera, por cierto, en su juventud uno de los primeros paracaidistas españoles. La sección de tráfico de lo que ahora llamamos policía local y antes policía municipal o guardia urbana, que a mí me suena mejor, estaba muy bien dotada. Eran pocos, pero impresionantes, con aquellas zamarras de cuero y sus cascos.

Los tiempos cambian y ahora los atuendos de la policía local son más funcionales y cómodos para quienes los visten, sin duda, pero en aquel tiempo imponían mucho. En aquellos años, en una ciudad recogida sobre sí misma, estos guardias eran personas conocidas, hasta populares, como gentes sencillas que eran. No sé si era el caso de Ourense, pero los jefes de la policía local solían ser militares retirados o eso que ahora se llama segunda actividad. Aquellos policías ponían multas, como ahora, pero pocas. Y además, eran muy generosos y atendían el ruego del sancionado y con frecuencia la cosa quedaba en nada. Lo sé por experiencia propia, dicho sea de paso. Las más de las veces, las denuncias se debían a estacionamiento en lugar inapropiado, cosa también rara, porque sitio había de sobra.

También, como ahora, aunque con menos ocasiones, la escolta de la policía motorizaba habría las comitivas de determinadas procesiones y cabalgatas, Además, los guardias de mejor porte, aparte de su función ordinaria, cumplían la de vestir el vistoso uniforme de gala para las grandes ocasiones, con aquel penacho y sable. Por cierto, que, cosa que ya no se ve, cuando la corporación municipal salía de la Casa Consistorial con el pendón de la ciudad, era muy llamativa aquella escolta. En la comitiva ourensana, además de la corporación, el pendón, la escolta y los maceros, figuraban otros dos personajes que hoy ya no aparecen, el pregonero y un alguacil vestido a la antigua, con un atuendo como el de los que en nuestro tiempo despejan a caballo los ruedos antes de las corridas. Ourense conservaba este personaje, que era un conocido empleado municipal, como símbolo de la autoridad. Este alguacil era en el pasado el antecesor de la policía local, encargado de ejecutar las sanciones, detener y conducir a quienes vulneraran las ordenanzas municipales o quebrantaran el orden público. Me gustaría saber qué fue de su traje y de su espada. Esto que cuento es una evidencia más de la falta de sensibilidad, cuando no simplemente de ignorancia sobre la historia de la ciudad de los sucesivos sujetos que han ido calentando hasta el presente el salón de plenos del Ayuntamiento, por no decir el modo desgarbado con que llevan el pendón, el símbolo de la ciudad, cuando aparecen por la calle en un acto que sería mejor, por dignidad, que ni lo celebraran.

Te puede interesar