La madre de la brasileña asesinada cuestiona en el entierro como alguien puede causar tanto mal

El funeral de los porqués

  La madre depositó una rosa blanca dentro del nicho. (Foto: Miguel Angel)
La joven brasileña María do Socorro Silva de Oliveira, asesinada en febrero y cuyo cuerpo fue arrojado al río, tras un mes en el tanatorio, recibió sepultura. No en el cementerio de Bacabal (Brasil), tal como hubiera querido su madre, sino en Ourense.
María Silva Oliveira no podrá llevarse el cadáver de su hija a Brasil -así lo decidió la juez de Ribadavia- pero al menos, tal como aseguraba ayer, la he sacado de ‘ese lugar tan frío’. El lugar gélido es la cámara del tanatorio de Santa Mariña, en donde el cuerpo sin vida de María do Socorro Silva de Oliveira (26 años) ha permanecido congelado durante un mes. Ayer por fin lo abandonó para pasar al nicho 70 del bloque J del cementerio de Santa Mariña.

Y en ese trance, la madre se reencontró con el cuerpo sin vida de su hija, ya que quiso verla antes del entierro y posterior funeral. La primera vez que lo hacía desde que llegó a Ourense el pasado domingo. Arropada por un grupo de monjas Adoratrices, entró a la sala a las 11,45 horas. Salió de allí con dos interrogantes: ‘Por qué, Dios mío, por qué, si era tan joven’ y ‘por qué alguien puede hacer tanto mal’.

Las preguntas se repitieron posteriormente en el funeral que tuvo lugar en la capilla del cementerio de Santa Mariña. Alguna compatriota no dejaba de inquerir entre sollozos ‘por qué hai homes tan malos, tan monstruos en España’. Y hasta el sacerdote encargado de oficiar la ceremonia religiosa, Arsenio Gil, siguió con la estela de interrogaciones. El oficiante se preguntó en voz alta el porqué de la violencia de género; el porqué la sociedad camina hacia la locura. Hasta incluso el porqué de esa pérdida de coordenadas en la vida: ‘Por qué hemos perdido el norte’, dijo en un momento de su sermón.

Al funeral asistieron inmigran tes, sobre todo mujeres, personas religiosas ligadas a distintos colectivos así como políticos de la Corporación -Marga Martín y Marta Arribas-, el ex parlamentario Iago Tabarés y el comisario de Policía de Ourense, Ángel Barrera. Previamente, se procedió a dar sepultura al cadáver en un nicho del Concello de Ourense. Las escenas emotivas se repitieron a lo largo de los 10 minutos que duró ese trámite. El momento más emotivo fue cuando la madre de la joven le prometió cuidar de su hija de ocho años con ‘tanto amor como le había dado a ella’.

Regreso María Lindalva Silva de Oliveira regresará en los próximos días a Brasil pero antes, según aseguró el colectivo de inmigrantes que la apoya, deberá designar a un abogado para personarse en la causa judicial como acusación particular.

Ahora, tras el entierro de la joven, un mes después de haber sido hallado su cuerpo en el río Avia, queda pendiente la instrucción del sumario abierto por su asesinato. La jueza de Ribadavia, quien denegó la repatriación el martes, será la encargada de la causa que, en principio, se ajusta a un procedimiento por jurado popular. El único imputado es Ramón Fernández Álvarez, un cliente con el que la joven se citó.

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