Declaró ante el juez que la golpeó en la nuca pero la autopsia confirma que recibió dos puñaladas

El inculpado por la muerte de una brasileña dijo a la Policía que la mató ‘como a un conejo’‘

El detenido, escoltado por un policía, entra del Juzgado.  (Foto: Xesús Fariñas)
El vecino de Riobóo (Cenlle) Ramón Fernández, que confesó a la Policía haber matado a una prostituta brasileña, ingresó ayer en prisión. El hombre declaró en su confesión que la había matado ‘como a un conejo’, dándole con el puño en la nuca.
El titular del Juzgado de Instrucción número 1 decretó a las seis de la tarde el ingreso en prisión de Ramón Fernández Álvarez, de 48 años, vecino de Riobóo (Cenlle), como presunto autor de un delito de homicidio.

El juez tomó esta decisión tras tomarle declaración por espacio de dos horas y media, durante las que Fernández Álvarez ratificó la confesión realizada ante la Policía. Esto es, que había matado el 10 de febrero a María Socorro Dasilva, de 26 años, ‘como a un conejo’, dándole golpes con la mano en la nuca.

Esta versión no acaba de convencer a la fiscal, juez y los propios policías, dado que de los resultados de la autopsia practicada al cadáver de la mujer, una vez hallado el jueves en el río Avia, se desprende que ésta fue apuñalada a la altura de los pulmones y en el abdomen. ‘El cadáver presenta varios golpes y heridas inciso contusas’, explicó ayer el comisario jefe de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta de Madrid, Serafín Castro.

De la autopsia también se desprende que María Socorro Dasilva fue golpeada con algún objeto contundente en la nuca, pero el presunto agresor niega que la apuñalara o golpeara. El juez decidió practicar nuevas diligencias y esperar a los resultados definitivos de la autopsia para incriminar a Ramón Fernández por un delito de asesinato.

El comisario jefe de la UDEV, Serafín Castro, dio a conocer ayer el móvil de la muerte de la mujer. ‘Fue durante una discusión por dinero en Santa Cruz de Arrabaldo, junto a unas bodegas. La golpeó cuando se agachó al lado de la puerta del coche para recoger unas pertenencias.

Después la metió en una bolsa de plástico e introdujo en el maletero. Arrancó el coche y arrojó el cuerpo al Avia’, dijo.

Según pudo saber La Región, la fallecida pidió a Ramón Fernández que le pagara 80 euros por sus servicios pero el hombre le solicitó una rebaja, alegando que era cliente habitual.

Ramón Fernández confesó a la Policía que durante la discusión María Socorro le echó mano al bolsillo y su cartera le cayó suelo y cuando la mujer se agachó a recogerla la golpeó en la nuca hasta matarla. ‘Nos dijo que cuando la metió en la bolsa de plástico no respiraba y estaba muerta porque le había cambiado el color de los ojos’, añadió el comisario jefe.

Contradicciones

Ramón Fernández fue el último cliente de la fallecida y cayó hasta en 30 contradicciones en el relato ante los investigadores.

‘Nos dijo que se había despedido de ella el día 10 de febrero a las 21.30 horas en la ciudad y teníamos conocimiento de que la mujer llamó media hora después, a las 22.00 horas, a una amiga desde Leiro. Afirmó que habían estado en un motel y era mentira’, explicó Castro.

Ramón Fernández intentó suicidarse el lunes en su domicilio amontonando papeles en un bidón, plantando fuego e inhalando el humo. Su familia lo descubrió y trasladó a un centro médico. Los agentes acudieron a su casa y les dijo que lo dejaran descansar y que al día siguiente hablaría con ellos. Pero nuevamente intentó suicidarse, esta vez en el embalse de Albarellos.

La Policía Nacional, que tenía pinchado su teléfono, interceptó una llamada de despedida a su madre y alertó a una patrulla rural de la Guardia Civil para que lo evitase.

Madre de una niña, que está en Brasil

Por el Juzgado no se dejaron ver las amigas y personas cercanas a María Socorro Dasilva, que llegó a la ciudad el 31 de diciembre de 2008 después de conocer a un joven por el chat, joven que fue el que se hizo cargo del pago del billete de avión y al que denunció por malos tratos el 12 de enero de este mismo año.

La compañera que denunció su desaparición el pasado 11 de febrero, que declinó hacer declaraciones, fue la encargada de reconocer el cadáver en el Complexo Hospitalario, después de que los buzos de la Guardia Civil lo rescataran sobre las seis de la tarde del pasado jueves del fondo del embalse de Cabanelas, en el río Avia, a cuatro kilómetros del lugar del que dijo arrojarlo Ramón Fernández.

Ayer se pudo saber que la víctima se desplazó a la ciudad dejando a una hija en Brasil, donde reside toda su familia.

Las fuerzas de seguridad informaron de los hechos al Consulado de Brasil para realizar las gestiones y repatriar el cadáver.


Qué hacer de noche cuando no hay tele


Ramón Fernández lideró en abril del 2005 una protesta de los vecinos de Riobóo por la falta de señal de televisión en el pueblo. ‘O non haber televisión non sabemos que facer de noite e non nos enteramos do que pasa no mundo, como foi nombrado o novo Papa (...)’, aseguraba entonces a La Región. Ayer, por el Juzgado, durante su declaración, no pasó ningún vecino ni familiar, aunque su hijo sí lo visitó cuando estaba en el calabozo. Su abogado, Luis Porto, solicitó que fuera ingresado en un centro psiquiátrico ‘porque sufre algún trastorno. No se entiende que tenga más pudor a que su familia se entere de la vida que llevaba que a confesar un crimen. Hay muchas cosas que no encajan en todo lo que dice, creo que está muy mal’, aseguró.



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