Un infierno burocrático frena las obras de la residencia para mayores de O Pino

Un transformador, única estructura que queda en pie en el solar de la antigua estación de buses.
photo_camera Un transformador, única estructura que queda en pie en el solar de la antigua estación de buses.

Una inversión de 12 millones de la Fundación Amancio Ortega sigue sin ejecutar por nuevas trabas, ahora por un transformador

 

 

La residencia de mayores que se construirá en la antigua parcela de la estación de autobuses, en el barrio de O Pino de la ciudad, sigue esperando, más de dos años después de que se desatascase su problema urbanístico con el cambio de uso de la parcela a través de una modificación puntual del Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM). 

Las obras, que financia la Fundación Amancio Ortega, como en el resto de urbes gallegas, no comenzarán hasta este verano, según fuentes conocedoras del proyecto, tras sufrir nuevos retrasos. El año pasado se había anunciado que la primera piedra se pondría ya en el primer trimestre de este 2024, nada más lejos de la realidad. Varios atrancos han retrasado las previsiones. En este caso, el levantamiento del antiguo transformador y la línea de media tensión de la parcela de la antigua estación está detrás de los problemas. El transformador es la única estructura que queda en pie de la antigua estación.

Durante las obras se encontraron más problemas de los previstos. Ya a mediados del año pasado, esta obra tuvo que retrasarse, ya que la licencia de Naturgy para retirar el transformador tardó más de la cuenta.

En todo caso, estos últimos obstáculos están en su recta final. De hecho, la jefatura territorial de la Xunta acaba de dar, hace unas semanas, la autorización administrativa previa para la construcción de la nueva instalación eléctrica que se instalará en lugar del anterior y que suministrará a la futura residencia, lo cual allana los plazos para comenzar la obra este mismo verano, ya que esta autorización vence en septiembre, por lo que entonces debería estar totalmente listo el terreno y las obras ya en marcha.

El proyecto de la residencia está finalizado y entregado al Concello para la solicitud de licencia, y todos los cálculos realizados, pero sigue pendiente de este inconveniente. Las obras, una vez solucionados estos últimos problemas, serán llevadas a cabo por GOA Invest (constructora de Inditex, con la arquitecta Elsa Urquijo, la misma de la red de tiendas del grupo). 

La residencia contará con un equipamiento de vanguardia y con servicios innovadores, como unidades psicogeriátricas especializadas en el alzheimer y otras demencias neurodegenerativas, según señalan en  Política Social.

Además, estos centros, tanto el de Ourense como los que financia la Fundación Amancio Ortega en el resto de Galicia, se basarán en cuatro principios: accesibilidad y trato humano, creación de unidades de convivencia mediante mejoras arquitectónicas, mayor coordinación sociosanitaria e implantación de nuevas tecnologías para facilitar la labor de los empleados.

Plazos

El plazo más realista para inaugurar la residencia, que dotará de 120 plazas geriátricas nuevas a la ciudad, apunta al año 2026, habida cuenta que una vez empezadas las obras, que superarán los 12 millones de euros de inversión,  son de 18 meses.  Aunque las plazas serán públicas, la gestión será privada, ya que, tanto en Santiago como en Lugo, las primeras rematadas ya punto de abrir, se han concedido a la Fundación Fesan. 

Santiago y Lugo, listas; el  resto, en marcha, salvo Vigo

En total, se abrirán siete centros en las siete ciudades gallegas, los cuales aumentarán 900 plazas para la atención sociosanitaria de la comunidad: 150 en Vigo, 150 en A Coruña, 120 en Ourense, 120 en Lugo, 120 en Santiago de Compostela, 120 en Pontevedra y 120 en Ferrol. Los centros crearán más de 800 empleos directos.

Dos de las residencias ya están rematadas, entregadas y listas para abrir: Santiago y Lugo. Respecto a las que quedan pendientes, las de A Coruña, Pontevedra y Ferrol están en plena fase de ejecución. Se espera que la de la ciudad del Lérez esté en funcionamiento este mismo año, la de Ferrol en 2025 y la de la ciudad herculina en 2026. Solo Vigo acompaña a Ourense y sigue enquistada en las fases previas. En el caso de la ciudad olívica, la parálisis, que amenaza con tumbar el proyecto, se ciñe a los problemas urbanísticos, como ya atravesó Ourense al inicio. La Xunta lleva meses reclamando al gobierno local que ponga a su disposición los viales para ejecutar el proyecto.

El convenio de la Fundación Amancio Ortega con la Xunta data de octubre de 2019, por lo que Ourense acumula un lustro sin haber sido capaz el gobierno de Gonzalo Pérez Jácome de mover todavía la primera piedra, en contraposición con otras ciudades gallegas.

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