Las 22 reclusas que cumplen condena en la cárcel de Pereiro de Aguiar podrían disponer de viviendas al salir de prisión para reinsertarse en el mundo laboral. Las casas se las facilitaría el Instituto de la Mujer de forma temporal, hasta que adquirieran for mación adecuada que les permita encontrar un puesto de trabajo. Así lo aseguró ayer la directora del citado instituto, Laura Seara, que se desplazó al penal para conocer los problemas de las internas. Su mayor inquietud es enfrentarse a la vida al salir a la calle.
Cómo encontrar un puesto de trabajo que les permita hacer frente a la vida, sin necesidad de volver a delinquir, al salir de la cárcel. Esta es el mayor problema que tienen las 22 reclusas que cumplen condena en la prisión de Pereiro de Aguiar.
Las internas recibieron ayer la visita de la directora del Instituto de la Mujer, Laura Seara, que se desplazó a Pereiro acompañada de la subdirectora general de Tratamiento y Gestión Penitenciaria, Concepción Yagüe; el subdelegado del Gobierno, Camilo Ocampo, y el director del penal, Juan Carlos Salvador.
Era la primera visita pública de Seara Sobrado desde que fue nombrada directora del citado instituto y Juan Carlos Salvador se mostró satisfecho porque escogiera el Centro Penitenciario de Pereiro. Laura Seara y Concepción Yagüe se reunieron durante más de un hora con las 22 reclusas (la mayoría cumple condena por tráfico de drogas), durante la que les explicaron el programa de igualdad en los centros penitenciarios, que contempla actuaciones en materia de sanidad, formación profesional, educación. Intentamos detectar los problemas que tiene, conocerlos para poder actuar, afirmó Laura Seara.
Módulo de respeto El Centro Penitenciario de Pereiro tiene en marcha módulos de respeto, a través del que las reclusas reciben todo tipo de formación, incluida la sanitaria y la cultural. Esta iniciativa fue calificada, tanto por Laura Seara, como por Concepción Yagüe, de exitosa. La experiencia en este centro es muy positiva, apuntó la subdirectora general de Gestión Peni tenciaria.
Las reclusas les trasmitieron durante la reunión que estaban satifechas con el trato recibido en la cárcel y las iniciativas puestas en marcha para su reinserción laboral al salir a la calle. Su mayor preocupación es la salida de prisión, su futuro fuera, apuntó Laura Seara.
El Instituto de la Mujer, a través de los convenios firmados con el Ministerio del Interior, tiene previsto habilitar viviendas en la provincia para acoger de forma temporal a las reclusas, sobre todo a las que carecen de recursos económicos y de familia, para que continúen con su formación y puedan reinsertarse en la sociedad, apuntó Seara Sobrado.
Las reclusas abandonarían las viviendas una vez que encontraron un puesto de trabajo que les permita salir adelante.
Durante la reunión, también se abordaron cuestiones del transcurrir cotidiano. Las cárceles están diseñadas pensando en los hombres, no en el encarcelamiento femenino y esto crea muchas dificultades a las internas, hay centros en las que las reclusas no disponen de un espejo grande, en el que puedan mirar todo el cuerpo. Todas estas barreras sociales tienen que desaparecer, apuntó Yagüe.
Ambas dirigentes políticas invitaron a las reclusas a exiguir todo los derechos y servicios que ya están disfrutando las personas que no están encarceladas.
La población reclusa femenina se duplicó
En las cárceles españolas, según dio a conocer ayer Laura Seara, hay 6.146 mujeres cumpliendo condena, el doble de las que había en el 2000. De ellas, 307 están en prisiones gallegas y la gran mayoría es por tráfico de drogas. El encarcela miento femenino en España es el más alto de la Comunidad Europea, recordó Seara Sobrado. Ante esta situación, el Instituto de la Mujer decidió actuar para conocer los problemas que tienen las mujeres entre rejas e intentar solucionarlos.
Las internas recibieron ayer la visita de la directora del Instituto de la Mujer, Laura Seara, que se desplazó a Pereiro acompañada de la subdirectora general de Tratamiento y Gestión Penitenciaria, Concepción Yagüe; el subdelegado del Gobierno, Camilo Ocampo, y el director del penal, Juan Carlos Salvador.
Era la primera visita pública de Seara Sobrado desde que fue nombrada directora del citado instituto y Juan Carlos Salvador se mostró satisfecho porque escogiera el Centro Penitenciario de Pereiro. Laura Seara y Concepción Yagüe se reunieron durante más de un hora con las 22 reclusas (la mayoría cumple condena por tráfico de drogas), durante la que les explicaron el programa de igualdad en los centros penitenciarios, que contempla actuaciones en materia de sanidad, formación profesional, educación. Intentamos detectar los problemas que tiene, conocerlos para poder actuar, afirmó Laura Seara.
Módulo de respeto El Centro Penitenciario de Pereiro tiene en marcha módulos de respeto, a través del que las reclusas reciben todo tipo de formación, incluida la sanitaria y la cultural. Esta iniciativa fue calificada, tanto por Laura Seara, como por Concepción Yagüe, de exitosa. La experiencia en este centro es muy positiva, apuntó la subdirectora general de Gestión Peni tenciaria.
Las reclusas les trasmitieron durante la reunión que estaban satifechas con el trato recibido en la cárcel y las iniciativas puestas en marcha para su reinserción laboral al salir a la calle. Su mayor preocupación es la salida de prisión, su futuro fuera, apuntó Laura Seara.
El Instituto de la Mujer, a través de los convenios firmados con el Ministerio del Interior, tiene previsto habilitar viviendas en la provincia para acoger de forma temporal a las reclusas, sobre todo a las que carecen de recursos económicos y de familia, para que continúen con su formación y puedan reinsertarse en la sociedad, apuntó Seara Sobrado.
Las reclusas abandonarían las viviendas una vez que encontraron un puesto de trabajo que les permita salir adelante.
Durante la reunión, también se abordaron cuestiones del transcurrir cotidiano. Las cárceles están diseñadas pensando en los hombres, no en el encarcelamiento femenino y esto crea muchas dificultades a las internas, hay centros en las que las reclusas no disponen de un espejo grande, en el que puedan mirar todo el cuerpo. Todas estas barreras sociales tienen que desaparecer, apuntó Yagüe.
Ambas dirigentes políticas invitaron a las reclusas a exiguir todo los derechos y servicios que ya están disfrutando las personas que no están encarceladas.
La población reclusa femenina se duplicó
En las cárceles españolas, según dio a conocer ayer Laura Seara, hay 6.146 mujeres cumpliendo condena, el doble de las que había en el 2000. De ellas, 307 están en prisiones gallegas y la gran mayoría es por tráfico de drogas. El encarcela miento femenino en España es el más alto de la Comunidad Europea, recordó Seara Sobrado. Ante esta situación, el Instituto de la Mujer decidió actuar para conocer los problemas que tienen las mujeres entre rejas e intentar solucionarlos.
