Jefferson Luciano, de la cervecería Milmañas, organizó una comida para 40 personas sin recursos. Llegó a Ourense de República Dominicana hace dos décadas y durmió en bancos durante años
En la cervecería Milmañas (avenida das Caldas, 33) son una gran familia. Ya se sabe: “Bares, qué lugares”. Hace apenas unos meses que Jefferson Luciano y su pareja, Génesis Peralta, se hicieron cargo de un local de hostelería que ya es todo un referente en el barrio de A Ponte. Los pontinos saben que detrás de la barra del Milmañas solo hay buena gente. El evento solidario que organizaron ayer por la noche es buena prueba de ello. A Jefferson se le ocurrió organizar una cena para las personas más desfavorecidas de la ciudad. Jefferson, que hace 18 años llegó a Ourense desde su República Dominicana natal, promovió que aquellos que más lo necesitan se anotasen a la cena que pretendía organizar. Un pequeño gesto de cara a las fechas navideñas, en las que tanta geste está sola y sin abrigo. Los clientes también aplaudieron la iniciativa.
Este hostelero estableció un límite de 40 personas para su evento solidario, aportando el número de teléfono del bar para todo aquel que quisiera anotarse, siempre que reunieran la principal condición: “Quise juntar a gente que lo necesita, me da igual que sean españoles o no. Es para personas con pocos recursos”. El emprendedor contactó con entidades sociales para que le ayudasen a localizar a los más vulnerables de la ciudad. Los colectivos sociales respondieron positivamente a la petición. La Navidad despierta el lado más caritativo de la gente, pero en el caso de Jefferson nada es casualidad.
Historia de superación
“Esto surge porque yo estuve mucho tiempo en la calle, pasando frío, durmiendo en un banco. Así que sé lo que estas personas sienten. Sé lo que es estar triste, solo. Y más en Navidad”, dice Jefferson, que ahora es emprendedor. Tiene seis negocios más. Echar la vista atrás no es fácil. “Mis inicios no fueron fáciles, lloré mucho”, recuerda para poner punto y final a su historia, no sin antes agradecer a su familia, la que le ayudó a seguir adelante con su historia de superación.
Ayer cogió el delantal y se puso a cocinar para sus 40 invitados. Como uno más, después del trabajo de él y de su equipo de la cervecería Milmañas, se sentó a la mesa con todos. Después de toda la jornada preparando las comidas. “Me gustaría organizar una cena solidaria todas las Navidades. También pretendo organizar algo para entregar juguetes a los niños”, cuenta.
Paella, calamares, lacón y otras delicias que sirve a diario en Milmañas se degustaron ayer en la cena solidaria. Jefferson ya piensa en las próximas navidades.
