ENTREVISTA

José Ucha: "Hay una dejación de las funciones parentales a causa del trabajo"

Afirma que "La educación que los menores reciben en el ámbito familiar así como la tolerancia de los padres a los comportamientos destructivos de los hijos".

¿Qué peso tiene la delincuencia juvenil en esta provincia?
Los índices son bajos. La causa del descenso importante en estos dos últimos años viene motivado por la marcha de la población inmigrante debido a la crisis. Pero también por la baja natalidad y la escasez de jóvenes en nuestra sociedad. En comparación con el resto de Galicia,los parámetros son normales porque ahí también hubo un bajón de la delincuencia.

¿Cuál es el problema de base?
La educación que los menores reciben en el ámbito familiar así como la tolerancia de los padres a los comportamientos destructivos de los hijos. Tanto en familias desestructuradas como en aquellas totalmente normalizadas. Notamos cierta dejación de las funciones parentales por problemas laborales, delegando la educación en cuidadoras o actividades extraescolares.
Pero también faltan políticas de prevención y no existen unos servicios en Atención Primaria donde se lleven a cabo programas para tratar de ayudar a esos padres. Todo este conglomerado de factores derivan en que esos niños cuando, llegan a los 14 años o menos, tienen conductas delictivas que en muchos casos empezaron en el ámbito familiar. Pero también se extienden a otros ámbitos porque, en ocasiones, consumen drogas o trafican en cantidades muy pequeñas.

¿Y cómo se soluciona?
Deberíamos invertir más en prevención. La prevención supone que el sistema educativo debería de contar con más recursos a los efectos de atacar aquellos problemas que ya se evidencian entre los jóvenes con comportamientos negativistas, desafiantes o absentistas en el colegio. Para ello, deberían existir centros académicos adecuados. También tenemos a muchos menores con problemas psicológicos y psiquiátricos, por lo que necesitamos recursos para prestarles atenciones específicas con más recursos a este nivel. La Unidad de Salud Mental Infantojuvenil del CHUO no da abasto para la inmensa problemática que nuestros jóvenes tienen en el terreno de la salud mental (citas entre tres y seis meses en menores con graves trastornos de conducta). Las familias precisan más apoyo en el ámbito sanitario así como terapias para evitar que el comportamiento antisocial del menor se convierta en un comportamiento delincuencial. Todos los eslabones están entrelazados y deberíamos ser capaces de coordinar las distintas administraciones (educativa, sanitaria, servicios sociales y Servicios de Menores) para prevenir comportamientos delictivos.

¿Hay mucho rebelde con causa?
El mayor problema de la justicia juvenil no es que se traten de menores delincuentes sino de menores rebeldes, con comportamientos negativistas, antisociales, trastornos graves de conducta o con problemas de drogodependencia y fracaso escolar. El siguiente paso en el eslabón en la comisión de pequeños delitos y eso va" in crecendo".

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