'Por fin fíxose algo de xustiza; agora só desexo que ese asasino se arrastre polo chan do cárcere e se pudra nela, tanto el como todos os que o apoiaron'. Así se expresaba Cesáreo Alonso Olleros a los tres minutos de que su letrado, vía telefónica, le comunicase que el hombre que mató a Laura, su hija, había sido hallado culpable de asesinato por parte de un jurado popular. Conoció la noticia, junto a su esposa, Ramona Pérez, en la vivienda familiar de Xestosa (Toén) y , nada más recibirla, 'tirei o teléfono ó tellado da casa nunha especie de satisfacción, rabia...', confesaba a este diario muy emocionado.
El padre de la víctima se mostró satisfecho por el hecho de que el jurado se hiciera partícipe de su versión de los hechos. Ahora bien, precisa que los 20 años de máximo a los que puede ser condenado el inculpado, Javier Cruz, nunca le parecerán suficientes. 'A morte da miña filla e a súa ausencia non se pagan con vinte anos, porque ese asasino dormirá na cama e ela no cemiterio', señaló.
Javier Cruz conoció el veredicto pasadas las siete y media de la tarde tras seis horas de deliberación por parte de los nueve ciudadanos que vieron el caso. En la sala de vista de la Audiencia, compareció el inculpado ataviado con un polo amarillo, desafiando los augurios de mala suerte. Esta vez no había vecinos ni amigos de la familia, contrariamente a lo que ocurrió en los tres días de vista oral.
AGRAVANTE DE PARENTESCO
El jurado lo declara culpable del hecho probado número 2 del objeto de veredicto (constaba de 12 premisas), punto en el que se recoge el planteamiento de la acusación particular: asesinato.
Asimismo, establece que la relación que mantuvo Laura y el procesado era afectiva, análoga a la conyugal. Esto es, la agravante de parentesco que establece el artículo 23 del Código Penal para añadir un plus de penalidad.
La sentencia que redactará la magistrada en pocos días recogerá como hechos probados que Laura Alonso y Javier Cruz, sobre las tres de la madrugada del 24 de agosto de 2009, mató a la joven, estrangulándola a lazo, con una chaqueta negra que llevaba la chica ese día. Posteriormente, se deshizo del cadáver, arrojándolo al monte, dejando pistas falsas (desplazó el coche de la joven, arrojó su móvil...). El jurado entiende, por eso será condenado por asesinato, que 'atacó a Laura en un lugar y a una hora en los que no podía recibir auxilio de otras personas, debilitando la defensa que pudiera hacer y facilitando la impunidad, abusando de su superioridad física y 'matándola sin riesgo alguno que pudiera proceder de la defensa de la víctima y de su confianza, nacida del hecho de que desde hacía años mantenía con Laura una relación de afectividad .
Nada más conocerse el pronunciamiento del jurado, el abogado de la familia, Alfonso Pazos, declaró que esta había sido 'justo' y que el veredicto 'se acerca mucho a lo que pedía la familia. Es acorde a la gravedad de los hechos', dijo.
En caso de que se dictaminase la pena mínima de asesinato, 16 años, Pazos manifestó a los periodistas que aconsejará a la familia recurrir la sentencia.
Javier Cruz conoció el veredicto pasadas las siete y media de la tarde tras seis horas de deliberación por parte de los nueve ciudadanos que vieron el caso. En la sala de vista de la Audiencia, compareció el inculpado ataviado con un polo amarillo, desafiando los augurios de mala suerte. Esta vez no había vecinos ni amigos de la familia, contrariamente a lo que ocurrió en los tres días de vista oral.
AGRAVANTE DE PARENTESCO
El jurado lo declara culpable del hecho probado número 2 del objeto de veredicto (constaba de 12 premisas), punto en el que se recoge el planteamiento de la acusación particular: asesinato.
Asimismo, establece que la relación que mantuvo Laura y el procesado era afectiva, análoga a la conyugal. Esto es, la agravante de parentesco que establece el artículo 23 del Código Penal para añadir un plus de penalidad.
La sentencia que redactará la magistrada en pocos días recogerá como hechos probados que Laura Alonso y Javier Cruz, sobre las tres de la madrugada del 24 de agosto de 2009, mató a la joven, estrangulándola a lazo, con una chaqueta negra que llevaba la chica ese día. Posteriormente, se deshizo del cadáver, arrojándolo al monte, dejando pistas falsas (desplazó el coche de la joven, arrojó su móvil...). El jurado entiende, por eso será condenado por asesinato, que 'atacó a Laura en un lugar y a una hora en los que no podía recibir auxilio de otras personas, debilitando la defensa que pudiera hacer y facilitando la impunidad, abusando de su superioridad física y 'matándola sin riesgo alguno que pudiera proceder de la defensa de la víctima y de su confianza, nacida del hecho de que desde hacía años mantenía con Laura una relación de afectividad .
Nada más conocerse el pronunciamiento del jurado, el abogado de la familia, Alfonso Pazos, declaró que esta había sido 'justo' y que el veredicto 'se acerca mucho a lo que pedía la familia. Es acorde a la gravedad de los hechos', dijo.
En caso de que se dictaminase la pena mínima de asesinato, 16 años, Pazos manifestó a los periodistas que aconsejará a la familia recurrir la sentencia.
