El Juzgado de lo Penal número 1 sentó ayer en el banquillo de los acusado a José G.R., de 63 años, para quien el fiscal reclama una pena total de ocho años de cárcel por maltrato físico y psicológico a su mujer, con la que convive desde hace 37 años, además de por proferir amenazas de muerte contra ella y su hijo.
Los hechos que le atribuye la acusación pública al encausado, vecino de Oímbra (Ourense), se remontan a septiembre de 2010. En concreto, el día 16 de ese mes, José G.R. zarandeó a su mujer, tras insultarla, hasta que el hijo de ambos, presente en la casa junto con su pareja (en otra estancia), oyó los gritos de la víctima y medió para separar al acusado de encima de su madre, cuando la agredía. Al poco de este episodio violento, el procesado, tal y como sostuvo el fiscal, se dirigió a la cocina de la casa, en donde revolvió en los cajones y se apropió de un cuchillo con el que intentó tirar a su hijo al suelo. No cesó en su actitud. Acto seguido, cogió un machete con el que se dirigió a este último, junto a su esposa, 'con actitud hostil'. Pese a que lograron encerrar al encausado en una estancia de la vivienda, José G.R. seguía diciéndoles que 'los iba a matar'.
El representante del ministerio público atribuye, además, a José G.R. haber amenazado a su esposa 'múltiples veces de muerte cuando ella le ha planteado el divorcio'. Le habría dicho que si se separaba de él la mataría, además de no dejarla salir de casa y de haber agredido físicamente en otras ocasiones tanto a su mujer como a varios hijos que tienen en común.
El fiscal aprecia que estos hechos son constitutivos de un delito de maltrato habitual, dos de amenazas y otro de maltrato físico y psicológico no habitual.
El representante del ministerio público atribuye, además, a José G.R. haber amenazado a su esposa 'múltiples veces de muerte cuando ella le ha planteado el divorcio'. Le habría dicho que si se separaba de él la mataría, además de no dejarla salir de casa y de haber agredido físicamente en otras ocasiones tanto a su mujer como a varios hijos que tienen en común.
El fiscal aprecia que estos hechos son constitutivos de un delito de maltrato habitual, dos de amenazas y otro de maltrato físico y psicológico no habitual.
