Las obras de asfaltado que se están realizando en la OU-525 siguen dejando atascos continuos, una situación que se repite desde hace más de un mes, aunque de forma intermitente, y que afecta a los cerca de 10.000 trabajadores que cada día acuden al Polígono de San Cibrao o a la zona comercial de Barreiros. Esta carretera tiene un tráfico diario de unos 20.000 vehículos, lo que supone que un corte en esta vía puede causar retenciones kilométricas.
El último atasco se vivió en la mañana de este miércoles en el acceso a San Cibrao, que se encontraba cortado para quien venía de Ourense. En esta ocasión, además de esperar a que los operarios les concedieran el turno para avanzar, los conductores tuvieron que seguir su trayecto hasta la siguiente rotonda, para luego volver en sentido contrario e incorporarse por otra entrada, todo ello sin señalizar. Esta situación implicó retrasos en la llegada al trabajo, y los perjudicados se mostraron indignados.
Los usuarios de esta vía reclaman que la gestión no fue la adecuada, ya que no se informó del corte con antelación a través de los medios de comunicación ni se señalizó hasta llegar a él, por lo que no les fue posible tomar rutas alternativas. También muestran indignación por la falta de pintura sobre el nuevo asfalto, lo que dificulta la diferenciación de los carriles, que hasta hace unos días seguían delimitados por conos.
Desde la Consellería de Infraestructuras e Mobilidade, quien tiene potestad sobre la vía y las obras que en ella se realizan, alegan que tanto la señalización como la regulación del tráfico alternativo se está produciendo acorde a la normativa vigente, aunque esta no satisface las necesidades de los miles de trabajadores que cada día circulan por la zona, y es que esta vía también da acceso al Parque Tecnológico. Las autoridades indican que se hizo la comunicación oportuna a la Dirección General de Tráfico “para el conjunto de la obra, desde el principio, porque ha habido muchos cortes puntuales a lo largo de los trabajos”. Agregan que dos días atrás “hubo que ampliar un poco el alcance de los trabajos, porque se hizo un fresado no previsto en el que el firme estaba un poco peor de lo identificado inicialmente”. De todas estas obras, cortes de vía y cambios no se llevó a cabo ninguna información pública.
La Xunta adjudicó las obras a Extraco con el objetivo de mejorar 14 kilómetros de vía y ofrecer mayor fluidez. El proyecto incluye el extendido de una capa de rodadura y adecuación de cruces y glorietas, así como la ejecución de zanjas de seguridad, la renovación de la señalización horizontal, repintado y limpieza de las márgenes de la vía.
