El progenitor de una joven incapacitada y víctima de un trastorno bipolar niega los hechos pero los psiquiatras, más allá de las posibles pruebas, otorgan verosimilitud al relato de la joven

Los médicos ven creíble la violación de un padre a su hija

El acusado, durante la vista oral en la Audiencia provincial. (Foto: XESÚS FARIÑAS)
Francisco Pérez Saeta, en prisión preventiva desde el año 2008, negó ante la Audiencia haber violado a su hija mayor de edad, con la que había comenzado a vivir en Allariz, en 2007, después que la joven hubiese pasado años en instituciones de tutela y centros psiquiátricos, víctima de una infancia desestructurada y aquejada de un trastorno bipolar.
El testimonio de la joven fue muy distinto al de su progenitor. Separada de él por un biombo, se reafirmó en las acusaciones formuladas en agosto de 2008. Entonces como ayer, aseguró que su padre la agredió sexualmente durante meses. Primero fueron 'tocamientos en casa', a espaldas de la madrastra de la joven, así como masturbaciones que el acusado practicaba ante su hija. Luego, con el pretexto de ir a buscar agua a las fuentes de Vilaboa y Vilariño, se cruzarían todas las líneas: ocultos en la vegetación, y a medio kilómetro de las viviendas, 'me decía que me quitase la ropa y me tumbase. Luego me penetraba', relató con la voz rota.

Finalizadas las relaciones sexuales, se limpiaban a una toalla que, cuando la joven denunció los hechos, la Guardia Civil hallaría semioculta en el punto que ella fijó como lugar de la infamia. Esta prenda puede resultar decisiva, ya que los investigadores descubrieron en ella ADN (esperma incluido) compatible con el padre y la hija. Un agente de la Guardia Civil, por otra parte, confirmó que la zona de dos metros cuadrados, próxima a las fuentes, donde el acusado habría tendido a su hija para violarla, estaba notablemente aplanada. La joven cerró su declaración denunciando que las agresiones sexuales se produjeron no sólo cuando ya era mayor de edad, sino también entre los 7 y los 10 años, y a manos de su padre y de su abuelo. Confesó que en su día denunció falsamente a un ex novio de haberla violado.
¿Por qué no destapó antes los hechos? Tenía pánico al progenitor. 'Me decía que yo no podía hacer nada sin él', puesto que estaba incapacitada judicialmente y bajo su tutela. 'Además bebía, era agresivo y me amenazaba con mandarme otra vez al psiquiátrico'.

La defensa dirigió su estrategia a atribuir a la joven conductas de promiscuidad sexual y falta de corrección a la hora de vestir. A esos efectos, varios de los testigos propuestos por la letrada afirmaron haber sido objeto de seducción por parte de ella.

Los psiquiatras

Especialmente relevantes resultaron los testimonios de los médicos psiquiátricas que evaluaron a la víctima en distintas fases de su vida. Al menos dos de las doctoras que la trataron en los hospitales de Toén y Cristal Piñor calificaron de creíble el relato de las agresiones sexuales, restándole capacidad 'fabuladora' fuera de los episodios de 'descompensación' que le generó en algún momento su trastorno bipolar. Otros testigos señalaron, sin embargo, que en las entrevistas mantenidas con la joven ésta habría caído en contradicciones al relatar las agresiones.

Te puede interesar