Pantallas y cigarrones salieron a las calles en el domingo Corredoiro por las calles de Xinzo y Verín, respectivamente, anunciando la semana grande de Don Carnal en toda la provincia.

Paso a Don Carnal y adiós penas

Los cigarrones desfilaron por las callles de la villa verinense, después de saludar a los feligreses de las iglesias parroquial y de los Mercedarios.
El último domingo previo a la semana grande de Entroido, salieron a la calle las figuras emblemáticas de dos de los tres concellos que forman parte del triángulo mágico del carnaval ourensano, Verín y Xinzo -sólo faltó Laza, que reserva sus celebraciones para los días clave de la fiesta de DonCarnal-.
Los cigarrones fueron formando desde primera hora de la mañana a las puertas de la iglesia parroquial de Verín y la de los Mercedarios, en una jornada marcada por el frío y la alternancia de nubes y claros. A la salida de misa, saludaron, como es tradición, a los feligreses, dejando claro que estos son los días de Don Carnal y ya habrá tiempo para la Cuaresma, para después recorrer las calles de la villa.
La puesta de largo de las pantallas en Xinzo se caracterizó por un ambiente familiar y de convivencia vecinal, con cientos de disfraces coloridos recorriendo calles y plazas al ritmo de las charangas Apeles y DGT. El domingo Corredoiro arrancó a las doce y media con la “xuntanza” de las pantallas en la Praza Maior. El espectáculo protagonizado por más de un centenar de máscaras, batiendo sus vejigas y haciendo sonar sus campanas, fue uno de los más fotografiados por vecinos y visitantes.
La celebración, que se prolongó durante toda la tarde, “recupera la parte más tradicional, más de pueblo, de la veciñanza”, destacaba el concejal de Cultura de Xinzo, Carlos Gómez, que matizó que “con menos agobios en calles y plazas, las comparsas locales se lucen ante sus vecinos y llevan a cabo gags y espectáculos humorísticos que, por lo general, suelen pasar desapercibidos en los días grandes como el domingo o el martes por la aglomeración de gente”.
En Celanova, la noche del sábado se hicieron protagonistas las comadres, con su tradicional cena en la carpa de la Praza Maior, donde piratas, brujas y drag-queens -ellos tampoco quisieron perderse la fiesta- animaron la villa.

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