Pasó lo que pasó | ¿Qué hay o qué no hay aquí?

Siniestro Total El día que este periódico informaba de que el primer ministro de Portugal, Antonio Costa, dimitía al estar siendo investigado por un supuesto delito de corrupción también en portada un titular alertaba de las últimas estratagemas del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, implorando el favor de un prófugo de la justicia, que impuso desde su escondite el relato de las tropelías cometidas mientras el aspirante aceptó con actitud genuflexa las nuevas reglas de juego que afectan a todo el estado. Un candidato con síndrome de abstinencia de poder desconoce límites con tal de tener otra dosis de cuatro años. El modelo de honestidad portuguesa convierte a Costa en un auténtico gilipollas por no seguir el método que hace fortuna a este lado. Pudo haber puesto a pingar a los jueces, tachar de fascistas a sus discrepantes y culpar a la prensa de sus avatares judiciales, como habría pasado aquí, pero optó por el desacostumbrado método de echarse a un lado, resolver las cuitas judiciales y luego Dios dirá. A estas alturas es muy difícil aportar análisis u opiniones originales, menos inéditas, desde un periódico local a una majadería como la que estamos sufriendo desde que se votó por primera vez en democracia, allá por 1977. Pero otros periódicos no recogen las opiniones de nuestros políticos locales, este sí. La experiencia sirve para reparar, una vez más, en su papel de coristas, planos, sin criterio, esperando abrir la boca a la orden de Santiago o Madrid. Cerrar filas es la consigna. Los del PSOE, comandos de obediencia ciega; los del PP, pie en pared contra la rotura de España, dicen; los del Bloque, a favor de opciones periféricas como si a ellos el mimetismo vasco y catalán le reportase algo. A saber si se rompe España o se cose, como predican desde ambos lados del ring. En eso se está quedando todo este follón, en la previa a los guantazos. Ya ni consuela lo de Siniestro Total: menos mal que nos queda Portugal. De todo Aun en la España que parece vivir vísperas de saltar por los aires crece el interés por venir a vivir a Ourense, como lo demuestran dos datos. Esto es un andén en el que no para de subir y bajar gente. Una empresa no da hecho a traer peruanos y cuando todos los habitantes de los Andes hayan repoblado Auria vendrán de Guatemala, Ecuador o Bolivia. Primero para conducir camiones, luego para ser panaderos, no se descarta que para presidir el Gobierno, aunque esa teta no la deja Sánchez por las buenas. Ese andén, decíamos, es el mestizaje ourensano. Llegan los ilusionados por el progreso, se van los nuestros, desencantados y desorientados, huyendo de todo y de todos, escapando de sí mismos muchas veces. Creyendo en las longanizas al cuello de los perros si se van. Nunca como ahora hay tantas oportunidades como aquí en una tierra yerma por la desidia, adocenada por la falta de ganas de madrugar y echarse al capote las putaditas de la vida. Llegan de Perú y desde los confines del orbe no a por los residuos de la comida de los nuevos ricos en los que nos hemos vuelto, sino a ganarse las habichuelas. ¿Qué es lo que hay aquí (o lo que no hay) que hace escapar a los de aquí? ¿Qué es lo que hay aquí que provoca el interés de los de allá? Lo que algunos desdeñan otros ensalzan, está claro. A medias Esta aún es una sociedad de prejuicios, porque la sociedad es una suma de individuos y aún son miles los que se mueven por tópicos. Que haya gestos para derribar esos clichés es muy de valorar si, como es el caso, los intentos vienen de la comunidad gitana. “Tres gitanos animan a los jóvenes a no dejar los estudios”. Una sociedad que quiere aprobar estudiando la víspera del examen: un acuerdo in extremis salva la pizarrera Irosa y Samaca, mientras la mina de Penouta, pese a sus posibilidades, boquea ante la puerta de los juzgados. Las flores Pero el Ourense del futuro puede ser onírico, un vergel gigante. Adolfo Domínguez, premio Ourensanía de este año, apostó por una ciudad de las flores, con sus jardines colgantes y un ejército de jardineros. Cuando habla Adolfo hay que cerrar los ojos y soñar. En este caso para oler ya miles de florecillas en una primavera eterna en la ciudad, con sus abejas recolectando néctar. El problema, Adolfo, es qué hacemos con tanto zángano que tenemos. Al poner la lupa Para chorizos, poco como los nuestros Estamos rodeados de chorizos, ristras que penden sobre nuestras cabezas como ejecutados en la horca después de juicios sumarísimos. Vivimos tiempos condicionados por su presencia en las conversaciones, están con nosotros en la mesa, en ingestas eternas que siempre debemos cerrar con antiácidos porque amenazan con recordarnos su presencia durante horas. Los hechos confirman que últimamente son de una extraordinaria calidad, consecuencia de una selección de la mejor materia prima, de la que Ourense puede presumir. Hay múltiples procedencias, marchamos que engrandecen el producto y ya quedan muy pocos lugares en esta provincia en la que no haya uno o varios chorizos. Conviene aclarar de todas formas que se ha constatado su presencia en otros muchos lugares, no es una exclusiva ourensana. Los chorizos nunca faltan. Ah, por cierto, feliz magosto también, por supuesto. Por si creía que nos referíamos a otra cosa, claro. El portafotos Luis Seara es el portavoz del BNG en el Concello de Ourense. Después de años de travesía del desierto mantiene vivo el partido con cuatro concejales. Es de la vieja escuela, la de estudiarse los temas, articular el discurso bajo la ortodoxia institucional y de hacer pocas bromas en público. Aborrece la grosería del alcalde y los tics de mala educación que exhibe el regidor que ha hecho de eso una marca, un mecanismo de defensa para tapar sus innumerables carencias. Seara al menos no tiene el ceño fruncido, el del cabreo eterno que lucen alguno de sus correligionarios, esos esenciales del credo del Telón de Grelos. Es de lo poco que se salva entre el ejército de náufragos de la corporación municipal ourensana. En un pleno espetó al concejal de Urbanismo, Fran “El Conseguidor”, conocido más por aparecer así en los famosos audios que por su brillante labor pública, que debería “estar no Pereiro”. No parece que el del BNG aconsejase una mudanza a este Concello, sino que le vería mejor en la cárcel que se asienta en el municipio. Fue duro, muy duro, el portavoz del Bloque, convencido de que ese debería ser su paradero tras oír los audios. Sorprende lo arrugado que se quedó el aludido ante tamaña afrenta, como si no le extrañase el futuro que le barruntó Seara.