Logró, con una pistola simulada, 185 euros de botín en la gasolinera de la céntrica calle Progreso

Un peligroso delincuente acaba en prisión por un atraco

Esta gasolinera ya fue asaltada en dos ocasiones en lo que va de año. (Foto: MARTIÑO PINAL)
Por segunda vez en lo que va de año fue atracada de madrugada la céntrica gasolinera que el Grupo Pérez Rumbao regenta en la calle Progreso. Pero, en esta ocasión, el presunto autor, José Prada León, un viejo conocido de las fuerzas de seguridad, fue enviado a prisión por el juez tras ser detenido esa misma noche por la Policía Local.
Prada León entró la tienda de la gasolinera con una pistola de aire comprimido pasadas las cinco y media de la madrugada del día 28 cuando en la misma sólo estaba el dependiente, quien, según explicaron fuentes de la estación de servicio, opuso resistencia. 'Le echó la mano a la pistola para intentar retorcerle el brazo, por lo que cayeron al suelo y hubo un forcejeo', explicaron. El ladrón, que vestía con una sudadera con capucha, consiguió hacerse con la pistola de nuevo y, apuntando al empleado, le exigió que le entregase todo el dinero de la caja registradora, 185 euros en efectivo.

El supuesto atracador fue detenido por la Policía Local tras localizar el vehículo del sospechoso, un Renault 19, en la glorieta de la Tolerancia (Basilio Álvarez-N-525) con daños en una de sus ruedas.

Las características del conductor coincidían con la descripción aportada por la víctima. En el interior del coche estaba el arma de fuego de bolas de aire comprimido (Colt Automatic, calibre 45), que le fue incautada así como algo más de 73 euros (la mayor parte monedas, presuntamente de la caja del establecimiento) que llevaba encima.

El juez envió al detenido a prisión provisional por un robo con violencia e intimidación para evitar el riesgo de fuga y que continúe robando al carecer de ingresos para sobrevivir. El magistrado tiene especialmente en cuenta sus antecedentes penales ya que Prada León fue condenado por el robo con homicidio ocurrido en el barrio de A Lonia en 1996 , en donde dio muerte a Felisinda Rodríguez, de 77 años.

La autoría del robo está sustentada en que las características físicas coindicen con las observadas en la grabación registrada por las cámaras de seguridad de la estación de servicio, así como por su vestimenta. Sin olvidar, que el arma fue hallada en el turismo que conducía, sin dar un explicación coherente sobre su procedencia, y que en la rueda de reconocimiento practicada en la prisión de Pereiro fue identificado sin género de dudas por el encargado de la estación de servicio.

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