Insistió en que acabaría la legislatura, anunció una investigación en el Parlamento de las cajas de ahorro, la reducción del número de diputados y varias leyes estrella como la asistencia sanitaria; todo queda en el cajón

Por prometer que no quede

Miembros del Gobierno gallego momentos antes de la reunión del Consello.. (Foto: ÓSCAR CORRAL)
Hasta los palmeros más incondicionales de Alberto Núñez Feijóo reconocen que el PP afronta la campaña electoral sin un proyecto de gran calado que avale su gestión. Su gran obra fue equipar e inaugurar el hospital Lucus Augusti, pero fueron los gobiernos de Fraga y del bipartito los que levantaron el complejo lucense. En Ourense y en Vigo siguen a la espera de los nuevos hospitales prometidos en la que se bautizó como la legislatura de las grandes infraestructuras sanitarias.
El presidente de la Xunta saltará a la arena electoral abrazado a la austeridad y al cumplimiento del déficit, pero en el cajón de San Caetano se deja un montón de promesas incumplidas o de anuncios que se fueron diluyendo como pompas de jabón. En el actual escenario, la promesa de que con él al timón se acabará el paro en Galicia, como proclamó durante la campaña que lo catapultó a la Xunta, será interpretada con sordina si se posa la lupa en los dramáticos datos del desempleo. Los miles de puestos de trabajo también prometidos con un nuevo concurso eólico están en una parálisis que puede acabar en permanente, ya que el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia dictaminó que el concurso del bipartito se hizo con arreglo a la ley y las grandes empresas empiezan a desmantelar sus industrias en la que era la tierra del viento por el efecto veleta.


ACUERDO CON PEMEX

El acuerdo firmado con la petrolera mexicana Pemex para paliar la grave situación de la industria naval todavía nadie lo ha tenido en la mano para examinar el paño, aunque al menos sí se han visto a los directivos por Galicia. A la espera de que se concrete lo de Pemex, si el nuevo Gobierno mexicano lo permite, Feijóo encara las elecciones sin grandes inauguraciones que rascar, pues hasta la Cidade da Cultura la abrió al público sin acabar y paralizando la construcción de dos edificios, medida que había antes criticado con dureza al bipartito,

Feijóo acaba su mandato anunciando que en la próxima legislatura lo primero que acometerá el Parlamento será la comisión de investigación de las cajas de ahorro gallegas, pero con su adelanto electoral impide que se constituya días después de que estampase su firma en la Cámara con otros diputados del PP. Durante diez meses los populares vetaron la comisión para investigar un hecho que acabó con las cajas gallegas. Los grupos parlamentarios de la oposición siguen a la espera de que el actual Gobierno entregue la auditoría de KPMG que avalaba la fusión. El estudio costó un millón de euros a los gallegos.

Otro asunto que quedará en el cajón de Núñez Feijóo es la cacareada intención de podar del número de diputados de 75 a 61 bajo el pretexto de que se ahorraría un millón de euros y que la oposición tildó de pucherazo por el beneficio electoral que le supondría a los populares. El conselleiro Agustín Hernández se apresuró ayer anunciar que la propuesta aparecerá en el programa electoral. Fue anunciada como una apuesta estrella que sería seguida por el resto de autonomías y de repente al presidente de la Xunta solo le interesó para argumentar que la oposición se mueve por intereses partidistas al rechazar la merma, cuando hizo propuestas para ahorrar más dinero manteniendo la representatividad en el Parlamento gallego.

Núñez Feijóo dejó para el final de la legislatura sus leyes más mediáticas, pero quedará para mejor ocasión garantizar por decreto tiempos máximos de espera de 60 días para intervenciones quirúrgicas y de 45 días para pruebas y consultas externas. Se lo reclamó al bipartito, lo llevó en el programa electoral, pero se queda en el zurrón de las buenas intenciones. Otras leyes como la del sistema universitario, la del fomento a la investigación y a la innovación, la de impulso y ordenación de las telecomunicaciones, la de inclusión social o la del transporte público en vehículos de turismo han quedado estancadas en el proceso de redacción.

Normas como la de la reforma de la CRTVG, sí han sido aprobadas pero no es el momento de ejecutarlas, ya que el Gobierno se asegura el control de los medios públicos en el proceso electoral. Por prometer que no quede por Feijóo. La fusión de los municipios de Oza dos Ríos y Cesuras, Área Metropolitana de Vigo... También insistió en que agotaría la legislatura, cuestionó la información que adelantó este diario, y ayer se comprobó que era otra promesa más.

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