Leiro registró ayer la temperatura más alta de España, la máxima del año y batió el récord en la segunda quincena de agosto. Arnoia llegó a 41,1 grados, y la ciudad y Vilamartín alcanzan los 40,9
La provincia de Ourense vivió ayer el día más caluroso de todo el verano tras alcanzar una temperatura máxima de 42 grados centígrados en Leiro y 40,9 en la ciudad, con lo que se convirtió también en el día con temperaturas más altas de toda la serie histórica en una segunda quincena de agosto desde que empezaron los registros por estaciones automatizadas en 2005. Hasta la fecha, la máxima en este verano en la ciudad se dio el pasado 18 de junio, cuando se alcanzaron 40,3 grados, seguida por el 16 de julio, cuando los termómetros marcaron 40 grados. En Leiro, la máxima estaba en 41,5, registrada este último domingo.
La provincia comandó ayer el ránking de temperaturas más alta de todas las ciudades españolas, superando los 39,7 grados de Córdoba, o los 39 de Jerez de los Caballeros (Badajoz). De hecho, la provincia de Ourense y el interior de Lugo fueron las únicas zonas de toda España que permanecieron en alerta naranja por altas temperaturas. El año 2017 está siendo atípico en cuanto a los registros de temperaturas máximas, concentrándose estas en la segunda quincena de junio y de agosto, quedando así el espacio central estival mucho más suave que otros años, aunque, eso sí, seco y con escasas precipitaciones.
La localidad de Leiro, en O Ribeiro, superó ayer los 42 grados centígrados, acercándose al récord histórico para un mes de agosto, que, según Meteogalicia, está en los 44,2 grados (7 de agosto de 2016), y superando el techo en una segunda quincena. Sin embargo, este municipio registró la segunda mínima más baja, con 13,1 grados centígrados, con lo que la oscilación térmica alcanzó los casi 30 grados.
Las zonas más afectadas por el calor estuvieron en la cuenca del Miño. En el concello de Arnoia, la estación meteorológica Remuíño marcó la segunda temperatura más alta de España, llegando a los 41,1 grados de máxima. También fue un día de fuerte calor en la comarca de Valdeorras. En Vilamartín llegaron a 40,9 grados y en Rubiá a 40,5.
En las comarcas de Monterrei y A Limia se registraron máximas altas para esta época del año pero más suaves que en otros puntos. En Verín, llegaron a los 38,7 grados, aunque con una mínima registrada 10,7; y en Xinzo los termómetros se pararon en los 37,7.
Las urgencias han vivido un verano un poco más relajado
Las temperaturas suaves de julio y agosto han hecho mella en el servicio de urgencias del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO), que han estado menos saturados que en otras ocasiones. "Apenas hubo dos casos puntuales de gravedad extrema por golpe de calor", señala la médica Pilar Garzón. En esta época es habitual el ingreso de personas con náuseas o bajadas de tensión al estar sometidos a altas temperaturas. Lo más destacado no es solo la bajada de las máximas en las horas centrales del día, sino que la exposición continua ha sido mucho "más leve". Garzón destaca el calor nocturno como "factor determinante" para la reducción de casos graves. "Los pacientes polimedicados o enfermos crónicos son los más afectados por los golpes de calor, al no controlar la temperatura, pero unas mínimas bastante suaves por las noches han ayudado", añade. Entre las recomendaciones que da Garzón a los paciente, sobre todo niños y ancianos, están "evitar la exposición al sol entre las 12,00 y las 18,00 horas, beber muchos líquidos y evitar comidas copiosas, así como vestir ropa cómoda".
