SALUD

Renacer quiere llegar a gente con daño cerebral en el rural

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photo_camera Una voluntaria de Renacer ofrece una porción de empanada en la carpa instalada ayer en O Posío.

La asociación de ayuda a este tipo de enfermos celebró su IV Picnic Art en el Jardín del Posío

La Asociación de Daño Cerebral Adquirido de Ourense (Renacer) celebró ayer su IV Picnic Art en el Jardín de O Posío, una jornada al aire libre y de acceso gratuito en la que se contó con puestos de comida, bebida, conciertos en directo, presentación de la obra de teatro del grupo de socios y voluntarios de Renacer, danza, narración oral y disc jockeys... Todo ello con el objetivo de "dar visibilidad a la entidad y su labor", según señala la presidenta de la asociación, Noelia Luque.

Bajo un sol de justicia, gente de todas las edades se dio cita en esta "sesión vermú alargada", como la denominó Luque. Alrededor de media docena de voluntarios se ocupaban de la mesa de sonido y la taberna donde se vendían empanadas y otros productos acompañados de cerveza, vino o refrescos, con el fin de recaudar fondos para la labor que desarrolla la asociación y que, aunque de momento realiza tan sólo en la ciudad, quiere ampliar al rural ourensano.

De hecho, la asociación está recogiendo apoyos para optar a las ayudas DKV 2016-2017, destinándolas a un proyecto de terapias del daño cerebral adquirido en el rural, ya que "son muchas las personas que tienen este problema, en torno a 5.000 en la provincia, muchos en el rural y que no encuentran facilidades para acercarse a nuestra sede en Ourense", explica Noelia Luque.

De Entrimo a Bentraces

Teresa Domínguez conoce de cerca este problema, ya que su marido, Emilio Pereira, sufrió un ictus el 13 de diciembre pasado, con 68 años. Son naturales de Entrimo, pero "como teníamos problemas para acudir a Renacer tuvimos que venir provisionalmente a Bentraces, a casa de un familiar".

Subraya que, aún estando en una localidad tan próxima a Ourense, tiene que gastar "30 euros en taxi cada vez que vamos a terapia, porque esto lo consideran el rural, con lo que gasto al mes entre 200 y 300 euros". Añade que "si la asociación tuviera sedes en el rural, sería una gran ayuda" y destaca que gracias a esta terapia "mi marido, que antes no se movía, ahora come solo y se maneja, fue un auténtico renacer".

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