Hacia el rural de Ourense, no alejado del centro y con servicios

La pandemia consolidó nuevas tendencias de movilidad en las ciudades, flujos comunes a las diferentes urbes españolas producto de meses de confinamiento en 2020. Y Ourense no es una excepción a pesar del parón constructivo provocado por la carencia de un PXOM. El movimiento es hacia el rural pero sin alejarse del centro, que haya verde y naturaleza pero cerca de los servicios sociales y sanitarios básicos. El lema de moda es: “Vive en la ciudad como si estuvieras en la aldea”. Así, las zonas menos pobladas pero apreciadas por su tranquilidad son las que más han crecido en vecinos desde 2019, el año anterior a la explosión del coronavirus. O Polvorín, Santa Cruz, Rairo y Santa Mariña se cuelan en el top cinco de zonas que más crecen, todas ellas entre el 10% y el 20%. También Vilar de Astrés, Beiro, Velle, Seixalbo y Cudeiro ganan población respecto a la época prepandemia. Esta situación tiene otras explicaciones, como, por ejemplo, la falta de edificaciones nuevas. La creación de nuevos edificios, como es el caso de O Polvorín, atrae a la gente a estos barrios más alejados del centro y menos saturados, ya que la oferta respecto a la demanda es considerablemente mayor. De hecho, la gran mayoría de la población de la ciudad reside en un edificio de al menos dos alturas, mientras que vivir en una vivienda unifamiliar es menos habitual. Así se evidencia en los últimos datos ofrecidos en la Encuesta de Características Esenciales de la Población y las Viviendas que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE), que exponen que en 2021 -último año del que hay registro de esta categoría- apenas un 14% de las familias de la ciudad residen en una casa, un chalé o un adosado. En datos concretos, el INE cifra en 6.747 los hogares que residen en una vivienda unifamiliar; un número escaso frente a las casi 39.000 que viven en un piso. Analizando la morfología de los hogares que residen en estas viviendas unifamiliares, lo más habitual es que estén formados solamente por una o dos personas. Hay 2.095 personas que viven solas en una casa en la urbe, que representan el 15% de los hogares unipersonales. En el caso de los hogares de dos personas, la proporción es de 2.062 en viviendas unifamiliares por 13.431 en pisos, más bajo incluso que en la situación anterior. En el caso de las familias de tres integrantes, el porcentaje que reside en casas o chalés desciende por debajo del 10%. Las casas ganan peso para aquellos hogares que están compuestos por cuatro o más miembros. En el caso de las viviendas de cuatro personas, la proporción es que cuatro de cada cinco viven en pisos; mientras que en aquellos que ya tienen cinco o más integrantes el porcentaje que reside en una vivienda unifamiliar se dispara hasta el 44,5%.