CRÓNICA

Salvados de morir de hambre

Una pareja de perros estuvo encerrada en una habitación del Casco Histórico durante aproximadamente un mes.

Empecé a llorar, me bloqueé; no sabía qué hacer con ellos". María del Campo lleva tiempo trabajando en la Asociación Protectora de Animales (Progape) -es la presidenta- y sabe cómo actuar en estos casos, pero la experiencia no le sirvió para evitar el impacto ante la escena que tuvo que presenciar el pasado domingo: dos perros habían sido encontrados encerrados en una habitación de un piso del Casco Histórico en evidente estado de abandono. Sus cálculos, a tenor de lo que le dijeron los vecinos de la zona, es que podrían llevar en esa situación "prácticamente un mes".


Los voluntarios llegaron hasta los animales alertados por una patrulla de la Policía Local, que ahora investiga lo sucedido. Al parecer, los nuevos residentes de la vivienda se encontraron los perros y avisaron a una patrulla policial. Ya en las instalaciones del refugio canino municipal, el veterinario detectó que se encontraban "anémicos, deshidratados y con síntomas de desnutrición".


Según explica Del Campo, "el macho debía pesar en torno a unos 35 kilos y llegó con 13, mientras que la hembra, que se encontraba en mejor estado que su compañero, pesaba 12 kilos, cuando en buen estado puede llegar a los 27". Tras ser rescatada, la hembra, que no llega al año y podría estar embarazada, vomitó restos de madera, posiblemente procedente de algún mueble del recinto en el que se encontraban. Aunque la vida de los animales no corre peligro, el tiempo que llevaban sin comer obligó a someterlos a un tratamiento para que coman cada dos días pequeñas cantidades de comida de cachorros y vuelvan, poco a poco, a recuperar la normalidad.  La protectora busca ahora una casa de acogida para esta pareja.


Por su parte, el supuesto propietario de los animales acudió a las instalaciones municipales para verlos -no se lo permitieron- y explicó que en este tiempo habían quedado a cargo de su expareja, aunque ésta dijo que era él quien había quedado en atenderlos.

En A Granxa
La situación de esta pareja recuerda a la de la perra rescatada a principios de año en un inmueble de la carretera de A Granxa. En aquella ocasión, el animal pesaba 14 kilos cuando su peso normal es de 30. Además, presentaba desnutrición severa, deshidratación, anemia, falta de masa muscular y heridas posicionales en el cuerpo. Se calculaba entonces que el animal podía llevar casi dos meses sin comer.

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