Los vecinos se echan a la calle para festejar la tercera Festa dos Foros y su triunfo sobre el cabildo

Seixalbo regresa a 1859

Un grupo de participantes en la celebración en Seixalbo, perfectamente ataviados para la ocasión. (Foto: José Paz)
En pleno siglo XXI, los foros volvieron a ser noticia en Seixalbo. El pueblo se echó ayer a la calle para rememorar el triunfo conseguido por sus vecinos del siglo XIX cuando ganaron la lucha contra el cabildo catedralicio y el obispo y quedaron exentos del pago de los foros. Con la tercera edición de esta fiesta, Seixalbo regresó a 1859, en ambiente y espíritu.
Por tercer año consecutivo, el pueblo de Seixalbo volvió a subirse a la máquina del tiempo. La vestimenta de sus vecinos, la estética de su Praza do Cabildo, los juegos tradicionales, su ambiente festivo y, sobre todo, el sentimiento. Seixalbo se ancló ayer en 1859. Entonces, como ahora, el día era de fiesta total. En 1859 para festejar, tras 20 años de juicio, que Seixalbo había ganado su particular rebelión contra el cabildo catedralicio y el obispo para no pagar ni un solo foro más. Ayer, para rememorarlo. Ese es el verdadero sentir de la Festa dos Foros, puesta en marcha hace tres años por la Asociación cultural Agromadas y en la que los vecinos están totalmente implicados: los jóvenes porque ‘estaban desexando ter algo que proxectase Seixalbo’ y los mayores porque ‘recordan a época dos seus pais ou avós’, según explicaba ayer Marga Seara, vocal de la organización de la fiesta. Aquel año de mediados del siglo XIX fue un año histórico para el pueblo de Seixalbo y sus vecinos del siglo XXI lo han rescatado de la memoria y sacado nuevamente a la vía pública con una fiesta organizada por ellos y para ellos.

Cuando la noche empezó a caer sobre Seixalbo, los festejos arrancaron con sus puntos fuertes.

Ofrenda, teatro y más

El punto de partida fue el cementerio parroquial, donde vecinos y autoridades realizaron una ofrenda floral a Fernando Freire, personalidad presente en los actos de todos los años porque fue el que lideró la lucha contra los foros y porque sigue estando muy presente en el pueblo: ‘A metade de Seixalbo son seus herdeiros. Aquí case todos somos Freire’, justifica Marga Seara. Ahí arrancó una procesión profana por las calles del pueblo con las obligadas paradas en las bodegas de los lugareños que abrieron sus puertas e invitaron a vino a los participantes. Y así hasta llegar a la Praza do Cabildo, centro de todas las actividades por su simbología. Y es que aún hoy acoge el edificio en el que los vecinos tenían que pagar sus foros, normalmente vino.

Un palco de madera instalado en uno de los laterales de la plaza fue el escenario de la representación teatral en recuerdo de lo vivido en aquella época, interpretada por más de medio centenar de los vecinos de hoy. Y desde un balcón superior, los músicos salieron al compás entonando piezas populares y otras musicadas por uno de los habitantes del pueblo, Manuel Herminio Iglesias. Y el año que viene, más.

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