EN OURENSE

Del "no somos oenegés" al "que non me peche a tenda"

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photo_camera Un vecino observa un escaparate tapado con mensajes reivindicativos.

El paseo dominical de cientos de ourensanos se quedó ayer sin el tradicional ojeo de escaparates. Muchos los taparon para llamar la atención sobre la crisis del pequeño comercio. Algunos no lo entienden: "Los consumidores no somos oenegés"

Un día cualquiera, sales de casa, son las 12 del mediodía, no tienes comercios, ni nada que hacer. Así, con soniquete a canción de los 90, transcurría ayer el día por las calles del Casco Vello de Ourense y los principales barrios. Y así lo quiso simbolizar una parte importante de las tiendas tradicionales. Siguen lanzando SOS, porque saben que para muchos esta Navidad puede ser la última si no vienen bien dadas. "La gente viene y nos apoya. Ante todo nos comprenden, pero ya ves la calle, con la mitad de bajos para alquilar o vacíos". Así de clara es la dependiente de una de las panaderías de la avenida de As Caldas. Aquí, la mayor parte de los que siguen abiertos han respaldado la campaña reivindicativa. Hasta uno de los negocios, regentados por una familia de China, colocó una pequeña pegatina de apoyo. 

En O Couto, a primera hora, otra panadería, en Ervedelo, atendía a sus clientes con todo el escaparate empapelado. La reivindicación se extendió como la pólvora, aunque algunos establecimientos no se han unido, al considerarlo "contraproducente" en plena campaña fuerte. 

La imagen era gris en las calles. Sin luces en los escaparates y sin que los viandantes pudiesen curiosear, la idea de ver calles futuras sin comercios empezó a rondar la cabeza de los ciudadanos. Los comentarios, de todo tipo. "Eu ben che sei de que vai isto. Teñen razón, a xente é moi de comprar por internet e agora están pedindo axuda. Eu doulles a razón, pero aquí sómosche de comprar nas tendas de sempre", explicaba una mujer, Asunción Gómez, que curioseaba junto a dos amigas el ficticio cierre de una óptica de A Ponte, con preocupación por si se trataba de un anuncio real. 

Pero no todos son comprensivos. "Quieren que los consumidores vayamos a sus tiendas, pero nosotros no somos una oenegé", lamentaba a viva voz una mujer que pasaba por la céntrica rúa Santo Domingo. 

De todos es sabido que el trato  cercano del comercio pequeño atrae, pero no es menos cierto que no todos están dispuestos a apostar por él y dejar escapar algunas de las gangas que se ofrecen en la red. Ellos, los comerciantes, no quieren culpabilizar. 

Lo dejan claro. "Solo queremos concienciar y que se piense en la labor y la vida que los comercios dan a la ciudad", dijo Sandra Ferro. Mientras tanto, las grandes tiendas de Paseo y también Santo Domingo mostraban sus mejores gala. Algunas ya con ofertas de descuentos de hasta el 50%. Maneras de vivir o incluso de morir. 

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