Carlos Álvarez recomienda música a los ourensanos desde hace 31 años. "Empecé cuando tenía 23, en las galerías del parque de San Lázaro", recuerda. En su tienda, Peggy Records, se ha pasado del vinilo al cd, al dvd y al blu-ray. Generaciones de ourensanos han conocido la música de su mano, y muchos se han vuelto amigos con el paso de los años. "He ido a funerales de clientes, gente que empezó a comprar aquí con 50 o 60 años", asegura.
Tres décadas después de empezar la aventura, y muy agradecido, baja la persiana de forma definitiva, aunque mantiene la compra online. "Es hora de cerrar esta etapa, tengo ganas de tener tiempo para mí, para los míos y para mis aficiones", explica. Álvarez anunció ayer la decisión, a través de sus redes sociales. "Me da pena por los clientes, claro, mucha gente lleva viniendo años cada semana. Ya te conoces al que viene el viernes, al que viene el miércoles. Tengo clientes de cuarenta y pico que ya venían aquí con 17 años, los he visto crecer", cuenta.
Asegura que el gusto musical de los ourensanos no ha cambiado mucho, pero sí la ostentación. "A finales de los 80 la música molaba, mucha gente la compraba para presumir de ello. Hoy lo que mola es subir una foto de tu último viaje, y aquí ya solo vienen los que de verdad disfrutan la música". Aunque todavía queda un mes para cerrar –lo hará en abril, por ser su trigésimo primer aniversario–, Peggy Records ya acogía ayer a numerosos habituales, ávidos por aprovechar el tiempo que queda... y las ofertas.