En la quinta sesión del juicio por prevaricación en el Concello de Carballiño en el llamado caso Pachi Vázquez, exalcalde de Carballiño que acabó siendo líder del PSOE gallego, volvieron a declarar los trabajadores del ente local que pasaron a indefinidos tras varios contratos anuales seguidos. Como en las dos anteriores sesiones, la vía de entrada siempre era la misma: las listas del paro. El Concello precisaba cubrir plazas con cargo a programas de fomento de empleo de la Xunta; el antiguo Inem enviaba posibles candidatos que estos se sometían a una entrevista (en algunos casos hablan de exámenes) y conseguían entrar.
Pero una vez dentro, ya no salían porque los trabajadores, tras renovar anualmente los contratos (cesaban el 31 de diciembre y comenzaban de nuevo el 1 de enero del año siguiente), pasaban al cabo de un tiempo, normalmente tres años, a convertirse en indefinidos. "Solo recuerdo que firmaba y continuaba trabajando" o "solo sé que nunca dejé de trabajar" fueron las frases más repetidas por los trabajadores: desde un monitor deportivo, dos ayudantes a domicilio, un bibliotecario, trabajadores de obras, personal del departamento de intervención y una de las trabajadoras sociales, cada uno de ellos apelando a que cumplía los requisitos.
Hubo casos en que la Inspección de Trabajo obligó al Concello a dar esa condición a los trabajadores por el tiempo que habían concatenado contratos temporales, y, en otros, fueron los juzgados de los social previa demanda.
El juicio se reanudará el próximo miércoles y no concluirá hasta la siguiente semana. En este proceso, además de Vázquez, están acusados el exregidor Carlos Montes así como los exediles de Personal José Antonio Barge y Alfonso Prado, además de Elisa Domínguez, que fue concejal de Asuntos Sociales y ejerció como alcaldesa en funciones durante mes y medio en 2005.