Abierto por amor

Vamos a hacer un trato. Ustedes leen este artículo sin implícitos picantes y nos comprometemos a mantener la temperatura ambiente. A fin de cuentas hay otros géneros más apropiados para subir el tono y tampoco es cuestión de empezar la casa por el tejado. El asunto trata sobre el amor, y de esas mariposillas que nacen de la boca del estómago como primer paso a un millón de locuras y a todo lo demás.
 

En la era de la comunicación, internet y con la más avanzada tecnología en dispositivos digitales a la mano, hay gente a la que le cuesta si quiera buscar su media naranja, iniciar un cortejo, encontrar el amor de su vida, o para unas semanas. Échenle la culpa a la timidez, el miedo al fracaso, la pereza o la falta de hábito, pero es así. Muchos hombres y mujeres suspiran por compartir su vida con otra persona aún cuando ni tan siquiera tiene nombre ni cara. Se construyen un ideal de perfil y esperan el príncipe o la princesa llamen a la puerta con el santo grial en la mano. Complicado vender el producto cuando permanece oculto en el almacén. 

Dicen que esto les ocurre especialmente a los millenials, -también denominados Generación Y o Generación Peter Pan-, personas nacidas entre 1980 y 2000. Salvo las lógicas excepciones, responden a un perfil que prefiere la soltería y permanecer lejos de las relaciones. Cuando se sienten solos, tienen citas, pero les resulta difícil dar un paso adelante y tomar en serio a las personas. Una relación les quita independencia e impide que se centren en sí mismos. Por lo tanto, prefieren quedarse solos y disfrutar de las ventajas de hacer las cosas por sí mismos.

Poco que ver con los X o pre X, es decir, -los nacidos entre principios de los 60 y los 80- más necesitados que sus descendientes de otra persona con la que compartir su proyecto de vida. Y no parece que lo tuvieran complicado. Al margen de las recurrentes fabulaciones con las que la memoria –sobre todo la de ellos- adorna las conquistas amorosas, los chicos y chicas de la época se tocaban off line en discotecas y “bares, qué lugares, tan gratos para conversar..” que cantaba Gabinete Caligari. Conocer a alguien, mantener una relación y conservarla hasta llegar al altar era una secuencia muy común, algo que sorprende de manera considerable a quienes son el fruto crecido de aquello.

Hoy el galanteo es más directo y digital, cuando no transcurre por televisión en un restaurante con suelo de césped artificial. Parece que ligar cuesta y que surgen más opciones en la cola del supermercado o del banco que en los bares de moda donde las princesas y los príncipes azules son muy, muy azules, y con grandes carruajes esperando en la puerta para regresar a palacio.

En la actualidad nuestro perfil digital es tan pertinente como el de carne y hueso. Dice todo lo que tiene que decir de nosotros. Asi que, cuando salimos de caza, cómodamente desde casa, lo hacemos on line, mostrando nuestra mejor versión en la búsqueda de la mejor versión del otro o de la otra. Nos ahorramos las copas y el tiempo que pudiéramos perder tocando opciones con intereses dispares. 

Una de las opciones al alza y con magníficos datos de fiabilidad, es Wikicitas, un sitio web que ha sido capaz de encender el fuego vital en miles de personas. Conocer gente se ha convertido con el paso de los años en un proceso cada vez más complicado, la mayoría de las veces ocasionado por un cambio en el ritmo de nuestras vidas. Sin embargo, en el mundo real la gente se está conectando con mayor frecuencia a las apps y páginas de contactos para conocer nuevos amigos y amigas. Wikicitas, como buenos amantes de las páginas de contactos, recopila todos los sitios de dating en español y ofrece la mejor guía para vivir nuevas experiencias con gente increíble.  

Por ejemplo, podemos encontrar las mejores opiniones sobre el sitio de dating Fuego de vida y así podréis revisar el análisis que hacen y ver si es lo que estáis buscando o no. De igual modo, revisan y nos explican otras muchas páginas y aplicaciones actuales para conocer gente.

El sitio está abierto por amor. Por el amor que tiene por sus visitantes y por el que a buen seguro surgirá al hacer clik. Sabemos que ya sienten el cosquilleo por lo que puede ser, y a buen seguro será, una aventura apasionante. Son las mariposas, que hasta que no las liberen no van a parar. 

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