El Museo de los Aromas, inaugurado ayer en Santa Cruz de la Salceda (Burgos), propone como un recorrido olfativo lúdico y divulgativo al visitante, al tiempo que arranca con vocación investigadora en el ámbito de la sanidad y de los gustos del consumidor.
Así lo explicó su directora, Concha Vargas, quien precisó que la clave del centro, único en Europa, es que los visitantes experimenten todo tipo de sensaciones olfativas.
Los resultados de esos test olfativos que se plantean al visitante, en cuanto a qué sensaciones le evoca un aroma, o qué recuerdos, y si son más o menos agradables, servirán para realizar estudios sanitarios e, incluso, aportar datos sobre gustos de consumo o comerciales.
Concha Vargas afirmó que el objetivo es mezclar arte, cultura e investigación, dejando abierta la posibilidad de que en el futuro la investigación termine siendo la línea principal del museo, que colabora desde el inicio del proyecto con Científicos del Centro Superior de Investigaciones Científicas, miembros de la Red Olfativa Española.
También participan especialistas de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y el catedrático de Ingeniería Química israelí Abraham Tamir, fundador del Museum of Art&Science, en la universidad Ben Gurion.
DINAMIZADOR DEL TURISMO
La directora del Museo de los Aromas subrayó que el centro, que contó con una aportación de 140.000 euros de fondos europeos gestionados por la Asociación de Desarrollo de la Ribera del Duero (ADRI) y otros 40.000 euros de la Sociedad para el Desarrollo de Burgos, que promueve la Diputación provincial, será un 'dinamizador turístico' para toda la zona.
Concha Vargas estimó que el museo, situado en la pequeña localidad de Santa Cruz de la Salceda, que cuenta con 225 habitantes, recibirá más de 30.000 visitas al año, lo que ayudará al despegue turístico de la zona, que dispone de atractivos como estar en el corazón de la denominación de origen Ribera del Duero o su proximidad a la localidad de Peñaranda, que gracias a su casco histórico y al Palacio de Avellaneda recibe más de 40.000 visitas anuales.
El Museo de los Aromas se instaló en las antiguas escuelas de la localidad burgalesa y su espacio principal reproduce una vivienda con todas sus estancias y con objetos, muchos de ellos cotidianos, con los aromas más variados, de plantas medicinales, de perfumes, alimentos, vinos, jabones, todos ellos alojados en envases diversos.
Los resultados de esos test olfativos que se plantean al visitante, en cuanto a qué sensaciones le evoca un aroma, o qué recuerdos, y si son más o menos agradables, servirán para realizar estudios sanitarios e, incluso, aportar datos sobre gustos de consumo o comerciales.
Concha Vargas afirmó que el objetivo es mezclar arte, cultura e investigación, dejando abierta la posibilidad de que en el futuro la investigación termine siendo la línea principal del museo, que colabora desde el inicio del proyecto con Científicos del Centro Superior de Investigaciones Científicas, miembros de la Red Olfativa Española.
También participan especialistas de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y el catedrático de Ingeniería Química israelí Abraham Tamir, fundador del Museum of Art&Science, en la universidad Ben Gurion.
DINAMIZADOR DEL TURISMO
La directora del Museo de los Aromas subrayó que el centro, que contó con una aportación de 140.000 euros de fondos europeos gestionados por la Asociación de Desarrollo de la Ribera del Duero (ADRI) y otros 40.000 euros de la Sociedad para el Desarrollo de Burgos, que promueve la Diputación provincial, será un 'dinamizador turístico' para toda la zona.
Concha Vargas estimó que el museo, situado en la pequeña localidad de Santa Cruz de la Salceda, que cuenta con 225 habitantes, recibirá más de 30.000 visitas al año, lo que ayudará al despegue turístico de la zona, que dispone de atractivos como estar en el corazón de la denominación de origen Ribera del Duero o su proximidad a la localidad de Peñaranda, que gracias a su casco histórico y al Palacio de Avellaneda recibe más de 40.000 visitas anuales.
El Museo de los Aromas se instaló en las antiguas escuelas de la localidad burgalesa y su espacio principal reproduce una vivienda con todas sus estancias y con objetos, muchos de ellos cotidianos, con los aromas más variados, de plantas medicinales, de perfumes, alimentos, vinos, jabones, todos ellos alojados en envases diversos.
