Localidades como Venecia, Colonia, Cádiz o Tenerife se llenan de máscaras, sátira y buen humor

Las ciudades europeas aparcan la crisis y se rinden al Carnaval

Mujeres disfrazadas en Colonia, donde se celebra uno de los carnavales más tradicionales de Alemania. (Foto: O. BERG)
Europa aparca estos días la crisis y se rinde a una fiesta, la del Carnaval, que llega a su esplendor en ciudades como la italiana de Venecia, la alemana Colonia, la suiza Basilea, y las españolas Tenerife y Cádiz, donde a golpe de coplas, ponen humor e ingenio ante la crisis.
Uno de los carnavales más emblemáticos de Europa es el de Venecia, que se convierte en un gigantesco teatro a cielo abierto, en el que se evoca un escenario romántico del siglo XVIII con los ropajes y las máscaras que permitían a la nobleza mezclarse con el pueblo y gozar de total libertad. Las celebraciones venecianas se abren de forma oficial con el tradicional vuelo del Ángel, en el que una joven se lanza desde la torre del campanario de San Marcos y sobrevuela toda la plaza sujeta con unas cuerdas.

Si lo que se busca sin embargo es un Carnaval original y divertido, es Cádiz una de las referencias. Cada año, los gaditanos ponen a prueba su ingenio y humor con sus coplas en el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas (COAC). La crisis, los banqueros, los políticos y los famosos han protagonizado este año las corrosivas y satíricas coplas con las que comparsas, chirigotas, cuartetos y coros han sacado punta a la realidad.


FIESTA EN LAS ISLAS

El colorido y espectacularidad del Carnaval de Santa Cruz de Tenerife, declarado Fiesta de Interés Turístico Internacional, también atrae cada año a miles de personas.Tenerife se viste este año con el sari, el vestido tradicional de India, en honor a Bollywood, que es la temática del Carnaval de este año y centro de los que se celebran el resto de las islas, donde tiene también especial protagonismo el de las Palmas.

Volviendo a Europa, en Alemania, los carnavales mas tradicionales se celebran en Renania y en ciudades como Düsseldorf, Colonia, Bonn, Maguncia o Wiesbaden, localidades de mayoría católica y que ayer comenzaron unos festejos que se prolongan hasta el Miércoles de Ceniza. El comienzo oficial de las fiestas es el asalto de las mujeres a los ayuntamientos, donde sus alcaldes ceden su llave a una delegación femenina, que armadas con enormes tijeras cortan y se llevan como trofeo la corbata de la autoridad municipal. Las fiestas carnavalescas tienen su día culminante el 'Rosenmontag', el lunes de rosas, cuando se celebran los desfiles de las distintas agrupaciones.

En Francia, el carnaval va ligado a Dunkerque y Niza, separadas por 900 kilómetros. En Dunkerque, al noroeste de Francia, la celebración dura seis semanas en una peculiar fusión de tradiciones paganas con la partida de los pescadores hacia aguas islandesas. La tradición dicta que los hombres se vistan de mujeres para acudir a los diferentes bailes y fiestas. Desde el balcón del consistorio, el alcalde lanza arenques y bogavante a los participantes, que riegan la fiesta con cerveza y al amanecer 'curan' el cuerpo con sopa de cebolla.

En el Carnaval de Niza, capital de la Costa Azul que este año celebra el 140 aniversario de esa celebración, gran parte del jolgorio pasa por admirar a las reinas del carnaval y participar en la Batalla de Flores.


'JUEVES GRASIENTO'

En las montañas Tatra, en Polonia, todavía se conserva la tradición de los cortejos de trineos, en la que los lugareños van de casa en casa, visitando a sus vecinos para acabar en una gran fiesta, con baile y abundante comida alrededor del fuego. Además, el jueves de carnaval, conocido como 'Jueves grasiento', es obligatorio consumir alimentos muy calóricos, para preparar el organismo para el ayuno de la Cuaresma.

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