La Comunidad gallega cuenta en la actualidad con seis parques naturales que ocupan una superficie de un total de 40.661,8 hectáreas y reciben más de 540.000 visitantes al año. A estas zonas protegidas, hay que sumar las 8.480 hectáreas del Parque Nacional Illas Atlánticas y las casi 600.000 que suman las cuatro reservas de la biosfera de Galicia.
Los parques naturales a nivel europeo cumplen mañana cien años, bajo el lema 'Un siglo de Parques Nacionales Europeos: presente y futuro de nuestras áreas protegidas', en conmemoración del que Suecia declaró el 24 de mayo de 2009. En España hubo que esperar hasta 1918 para que fueran reconocidos la Montaña de Covadonga y el Valle de Ordesa; y en Galicia, hasta 1978, cuando obtuvo esta figura de protección el pontevedrés Monte Aloia.
Posteriormente, se sumaron a esta denominación las Dunas de Corrubedo y las Lagoas de Carregal y Vixán, en A Coruña, el año 1992, y un año después lo hizo la zona de Baixa Limia-Serra do Xurés, en Ourense. Un lustro más tarde, en 1997, fueron señaladas las coruñesas Fragas do Eume y O Invernadoiro (Ourense); y, de nuevo tras cinco años, 2002 vio el reconocimiento de la ourensana Serra da Enciña da Lastra.
Lugo es la única provincia gallega que no cuenta con ningún parque natural, aunque registra tres de las cuatro reservas de la biosfera de Galicia. Se trata de Os Ancares lucenses y Montes de Navia, Cervantes y Becerreá; el Río Eo, Oscos y Tierras de Burón --a medias entre Lugo y Asturias--; y las Terras do Miño, que incluyen la Serra do Xistral y los ecosistemas fluviales y lagunares de Parga-Ladra-Támoga. La otra zona protegida se enmarca en el área de Allariz, en Ourense.
CARACTERÍSTICAS
Cada uno de los parques tiene sus singularidades y características propias, tanto en su flora y fauna, como en su entorno natural y arquitectónico, según distinta información recabada por Europa Press con motivo del Día Europeo de los Parques Naturales.
Así, la Serra da Enciña da Lastra es un hábitat mediterráneo y presenta un paisaje de roca caliza muy escaso en Galicia. Cuevas, grutas y valles a los que se fue adaptando una enorme diversidad botánica --más del 50 por ciento de la flora total gallega está representada en este parque-y una fauna entre la que destacan los murciélagos y las aves de rapiña, completan este espacio coronado con yacimientos arqueológicos como castros y dólmenes.
Por su parte, las Fragas do Eume son una de las mejores representaciones de Europa de bosques atlánticos termófilos. Bosques de robles, abedules y castaños en los que habitan gatos monteses, martas, zorros, azores y búhos reales forman el más importante ejemplo de bosque autóctono sobre la franja litoral de Galicia, que se complementa con la presencia de dos monasterios medievales, el de Caaveiro y el de Monfero.
La Serra do Xurés presenta un paisaje de piedra modelada por el hielo de los antiguos glaciares, que conforma grandes valles rodeados por cumbres que alcanzan los 1.500 metros de altitud. En este espacio, predominan los robles y los abedules; y está en marcha un programa de recuperación del 'Poni galego', que vive en régimen de semilibertad en las zonas más altas. La presencia de monumentos megalíticos confiere al parque un mayor interés turístico.
Sin salir de la provincia de Ourense, también es posible visitar castros celtas y asentamientos romanos en O Invernadoiro, donde se puede apreciar un paisaje típico gallego de cumbres redondeadas cubiertas de especies vegetales endémicas, como el roble; y donde animales como el lobo conviven con martas y armiños, así como con una población notable de ciervos, corzos y gamos.
Caso singular es el de Corrubedo, que cuenta con la duna móvil más grande del noroeste peninsular, puesto que mide más de un kilómetro de largo, 300 metros de ancho y más de 20 metros de alto. Una representación del 70 por ciento de los anfibios y reptiles de Galicia habitan un espacio que cuenta con especies botánicas en peligro de extinción y en el que dunas y lagunas decoran antiguas 'telleiras' (fábricas de tejas y ladrillo) y molinos harineros restaurados.
El decano de los parques naturales gallegos, el Monte Aloia, combina restos arqueológicos celtas de gran valor--algunos del siglo V-con robledales y árboles exóticos como acacias, cedros y cipreses en los que habitan especies típicas de los ambientes forestales bien desarrollados como zorros, conejos, erizos, perdices, azores y cárabos. Presenta un relieve accidentado con cotas que oscilan entre los 80 y los 629 metros, desde las que es posible ver un amplio tramo del río Miño hasta su desembocadura.
COMPARACION CON ESPAÑA
España cuenta con 134 parques naturales que ocupan 3.151.506 hectáreas, es decir, el 6,39 por ciento del territorio español forma parte de una zona protegida. Las 40.661,8 hectáreas de los parques gallegos significan un área de protección del 1,38 por ciento de la Comunidad.
Con esta cifra, Galicia se sitúa en el puesto 14 entre las autonomías españolas con mayor porcentaje territorio protegido bajo la figura del parque nacional, sólo por delante de Extremadura y Madrid. El Principado de Asturias figura en primer lugar, con un 17,78 por ciento; seguido de Andalucía, con un 17,16 por ciento.
No obstante, la Comunidad gallega asciende dos puestos cuando se trata de medir la superficie total de los parques naturales y supera a Madrid, La Rioja, Extremadura y Baleares. La cabeza de la lista está ocupada por Andalucía, con 1.417.319 hectáreas, a mucha distancia de las 291.310 hectáreas de Castilla y León.
Además, en cuanto a número de parques naturales por comunidad, ocupa el noveno lugar, empatada con Cantabria y Castilla-La Mancha, que también cuentan con un total de seis. En primer lugar de esta lista, se sitúa Andalucía, con un total de 24; y por detrás le sigue la Comunidad Valenciana, con 2.
Posteriormente, se sumaron a esta denominación las Dunas de Corrubedo y las Lagoas de Carregal y Vixán, en A Coruña, el año 1992, y un año después lo hizo la zona de Baixa Limia-Serra do Xurés, en Ourense. Un lustro más tarde, en 1997, fueron señaladas las coruñesas Fragas do Eume y O Invernadoiro (Ourense); y, de nuevo tras cinco años, 2002 vio el reconocimiento de la ourensana Serra da Enciña da Lastra.
Lugo es la única provincia gallega que no cuenta con ningún parque natural, aunque registra tres de las cuatro reservas de la biosfera de Galicia. Se trata de Os Ancares lucenses y Montes de Navia, Cervantes y Becerreá; el Río Eo, Oscos y Tierras de Burón --a medias entre Lugo y Asturias--; y las Terras do Miño, que incluyen la Serra do Xistral y los ecosistemas fluviales y lagunares de Parga-Ladra-Támoga. La otra zona protegida se enmarca en el área de Allariz, en Ourense.
CARACTERÍSTICAS
Cada uno de los parques tiene sus singularidades y características propias, tanto en su flora y fauna, como en su entorno natural y arquitectónico, según distinta información recabada por Europa Press con motivo del Día Europeo de los Parques Naturales.
Así, la Serra da Enciña da Lastra es un hábitat mediterráneo y presenta un paisaje de roca caliza muy escaso en Galicia. Cuevas, grutas y valles a los que se fue adaptando una enorme diversidad botánica --más del 50 por ciento de la flora total gallega está representada en este parque-y una fauna entre la que destacan los murciélagos y las aves de rapiña, completan este espacio coronado con yacimientos arqueológicos como castros y dólmenes.
Por su parte, las Fragas do Eume son una de las mejores representaciones de Europa de bosques atlánticos termófilos. Bosques de robles, abedules y castaños en los que habitan gatos monteses, martas, zorros, azores y búhos reales forman el más importante ejemplo de bosque autóctono sobre la franja litoral de Galicia, que se complementa con la presencia de dos monasterios medievales, el de Caaveiro y el de Monfero.
La Serra do Xurés presenta un paisaje de piedra modelada por el hielo de los antiguos glaciares, que conforma grandes valles rodeados por cumbres que alcanzan los 1.500 metros de altitud. En este espacio, predominan los robles y los abedules; y está en marcha un programa de recuperación del 'Poni galego', que vive en régimen de semilibertad en las zonas más altas. La presencia de monumentos megalíticos confiere al parque un mayor interés turístico.
Sin salir de la provincia de Ourense, también es posible visitar castros celtas y asentamientos romanos en O Invernadoiro, donde se puede apreciar un paisaje típico gallego de cumbres redondeadas cubiertas de especies vegetales endémicas, como el roble; y donde animales como el lobo conviven con martas y armiños, así como con una población notable de ciervos, corzos y gamos.
Caso singular es el de Corrubedo, que cuenta con la duna móvil más grande del noroeste peninsular, puesto que mide más de un kilómetro de largo, 300 metros de ancho y más de 20 metros de alto. Una representación del 70 por ciento de los anfibios y reptiles de Galicia habitan un espacio que cuenta con especies botánicas en peligro de extinción y en el que dunas y lagunas decoran antiguas 'telleiras' (fábricas de tejas y ladrillo) y molinos harineros restaurados.
El decano de los parques naturales gallegos, el Monte Aloia, combina restos arqueológicos celtas de gran valor--algunos del siglo V-con robledales y árboles exóticos como acacias, cedros y cipreses en los que habitan especies típicas de los ambientes forestales bien desarrollados como zorros, conejos, erizos, perdices, azores y cárabos. Presenta un relieve accidentado con cotas que oscilan entre los 80 y los 629 metros, desde las que es posible ver un amplio tramo del río Miño hasta su desembocadura.
COMPARACION CON ESPAÑA
España cuenta con 134 parques naturales que ocupan 3.151.506 hectáreas, es decir, el 6,39 por ciento del territorio español forma parte de una zona protegida. Las 40.661,8 hectáreas de los parques gallegos significan un área de protección del 1,38 por ciento de la Comunidad.
Con esta cifra, Galicia se sitúa en el puesto 14 entre las autonomías españolas con mayor porcentaje territorio protegido bajo la figura del parque nacional, sólo por delante de Extremadura y Madrid. El Principado de Asturias figura en primer lugar, con un 17,78 por ciento; seguido de Andalucía, con un 17,16 por ciento.
No obstante, la Comunidad gallega asciende dos puestos cuando se trata de medir la superficie total de los parques naturales y supera a Madrid, La Rioja, Extremadura y Baleares. La cabeza de la lista está ocupada por Andalucía, con 1.417.319 hectáreas, a mucha distancia de las 291.310 hectáreas de Castilla y León.
Además, en cuanto a número de parques naturales por comunidad, ocupa el noveno lugar, empatada con Cantabria y Castilla-La Mancha, que también cuentan con un total de seis. En primer lugar de esta lista, se sitúa Andalucía, con un total de 24; y por detrás le sigue la Comunidad Valenciana, con 2.
