Los gases provocados por el transporte se han duplicado desde 1990, representando la cuarta parte de las emisiones españolas

Coches atrapados en un atasco. (Foto: Archivo)
Las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes del sector del transporte alcanzan ya la cuarta parte del total de las emisiones españolas y se han duplicado casi el doble (89 por ciento) desde 1990. Greenpeace presentó hoy con motivo de la inauguración de la Semana Europea de la Movilidad el informe ‘Transporte: el motor del cambio climático’ para hacer una radiografía de las emisiones de CO2 provocadas por el sector y conocer sus causas.
El estudio señala que el coche es el medio más popular entre los usuarios, ya que el 69 por ciento de los españoles lo escogen para hacer un mayor número de kilómetros. Le siguen el avión (11 por ciento) y el autobús (10 por ciento). En cuanto a los desplazamientos diarios, el 52 por ciento de los ciudadanos confiesa coger el coche todos los días para ir al trabajo, un 30 por ciento declara hacerlo a pié y sólo el 9 por ciento lo hace en autobús o metro.

‘Si el Gobierno quiere crear empleo de calidad en Espala, debe apostar por la movilidad sostenible en lugar de seguir invirtiendo en grandes infraestructuras para el transporte’, señaló la responsable de la campaña Transporte de Greenpeace, Sara Pizzinato.

Según indicó, la causa del crecimiento de las emisiones y el gasto energético es que España ha duplicado la demanda de desplazamiento entre 1990 y 2004, y casi triplicado la de transporte de mercancías. Tal y como informó Pizzinato, el transporte en nuestro país se ha convertido en el sector que más energía consume, con un 42,2 por ciento del total. Y los automóviles suponen la mitad del gasto energético del transporte por carretera.

‘Los automóviles son los transportes que más energía gastan y el sector sigue apostando por ellos a pesar de ser los más insostenibles’, indicó, informando además que España destina cada año alrededor de 28.000 millones de euros para importar petróleo y el 43 por ciento fue destinado a la automoción.

En el marco de la Semana Europea de la Movilidad y a menos de cien días de la Cumbre de Copenhague, Greenpeace recordó que su los gobiernos no acuerdan la disminución necesaria de emisiones de CO2 para ‘salvar’ el clima, ‘el transporte deberá enfrentarse a unas reducciones superiores a las hasta ahora planteadas’.

Según la organización ecologista, durante las últimas décadas el Gobierno español ha apostado por los modos ‘más contaminantes’ de transporte de mercancías y pasajeros, apostando por la carretera y dejando a un lado la red ferroviaria. Además, denunció que a pesar de los grandes planes en infraestructuras lanzados por el Plan E y el Ministerio de Fomento, el sector del transporte, que aporta un 6 por ciento del PIB español, ‘sale mucho más caro’ de lo que aporta a la economía nacional. Algunas de sus consecuencias más negativas, el cambio climático, la contaminación atmosférica y los accidentes de tráfico.

‘La crisis es una oportunidad, porque las infraestructuras del transporte no dan trabajo ni estables ni con valor añadido’, apuntó Pizzinato, afirmando que el transporte público genera el doble de trabajos que la motorización privada.

Por su parte, el director de Greenpeace, Juan López de Uralde, hizo ‘un llamamiento al Gobierno español para que cambie el modelo de financiación’ y propuso que el límite de emisión de CO2 sea de 80 gramos por kilómetro para el año 2020.

Por último, respecto al Día Internacional sin coches que se celebrará el 22 de septiembre, Pizzinato aseguró que ‘cada vez tiene menos sentido hacerlo’ ya que las administraciones ‘casi no se mueven’. ‘Este día se ha ido perdiendo en el olvido pero hay una necesidad radiante’, apuntó.

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