Un médico tuvo que volver a certificar la muerte de un hombre porque el difunto tenía buen color

La familia de un fallecido pidió la presencia de un médico en el tanatorio de la localidad murciana de Lorca, donde velaban el cuerpo, para que certificara de nuevo su muerte, al detectar que el hombre mantenía un color rosado y que con el paso de las horas no presentaba la lividez propia del óbito.
El hombre, de unos 70 años, falleció a consecuencia de un infarto en un hospital de Lorca, desde donde los servicios funerarios trasladaron el cadáver al tanatorio Blaymar, para ser velado por la familia.

Al tiempo de estar en una sala del tanatorio, los familiares vieron cómo la tez del cadáver mantenía un color rosado y no la lividez propia de un muerto, por lo que requirieron, a través de un teléfono de emergencias policial, la presencia de un médico que reconociera a su ser querido.

El médico que acudió a la llamada confirmó efectivamente la muerte y que el color que presentaba se debía a que portaba un marcapasos todavía en funcionamiento, por lo que los impulsos eléctricos que enviaba le hacían mantener un cierto buen color.

Fuentes del tanatorio Blaymar que han confirmado el hecho, dijeron que en los 40 años que prestan servicios funerarios es la primera vez que ocurre un caso como éste en sus instalaciones.

También han señalado que el facultativo que acudió a la llamada de la familia tampoco había sido requerido en ninguna ocasión anterior para hacer una comprobación similar.

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