Miles de personas asistieron al acto religioso en el Circo Massimo de Roma, a pesar de la lluvia

Multitudinaria vigilia ante la beatificación de Juan Pablo II

Peregrinos en la plaza de San Pedro guardando sitio para la beatificación de hoy. (Foto: ALESSANDRO DI MEO)
Decenas de miles de personas asistieron ayer en el Circo Massimo de Roma, en una noche desapacible, a una vigilia con motivo de la beatificación de Juan Pablo II en la que intervino el que fuera su secretario particular Stanislaw Dziwisz y su portavoz, el español Joaquín Navarro Valls.
Asimismo, participó la monja francesa Marie Simon Pierre, de 51 años y cuya curación, de manera inexplicable para la ciencia, de la enfermedad de parkinson que padecía, abrió las puertas a la beatificación de Karol Wojtyla. A pesar de la lluvia caída durante la tarde, los fieles -entre ellos miles de polacos, españoles, franceses, croatas, libaneses y de otras nacionalidades- desafiaron el mal tiempo y llenaron el famoso recinto romano para carreras de carros.

En el Circo Massimo ondean cientos de banderas española, polacas, italianas, mexicanas, libanesas, croatas y de otros países, así como pancartas y fotos gigantes de Juan Pablo II. La organización, la diócesis de Roma, repartió agua, bebidas y velas a los asistentes a la vigilia, en la que participaron numerosos cardenales, obispos y sacerdotes. La vigilia comenzó con un vídeo de Juan Pablo II del año 2000 durante la Jornada Mundial de la Juventud de Roma, en la que decía a los jóvenes que la Ciudad Eterna no olvidaría 'ese estruendo', y prosiguió con el canto 'Jesus Christ you are my life', interpretado por el Coro de la Diócesis de Roma y de las Orquesta del Conservatorio de Santa Cecilia.


CONEXIÓN CON SANTUARIOS

Después se conectó con cinco santuarios: el de la Virgen de Guadalupe, en México; Fátima, en Portugal; Lagniewniki, en Polonia; Kawekamo-Bugando, en Tanzania, y Notre Dame del Líbano, a los que estaba muy ligado Juan Pablo II. 'Se ve, se siente, el papa está presente', cantaron los miles de fieles reunidos en el santuario mexicano.

La vigilia estuvo articulada en dos partes, la primera de las cuales, la Celebración de la Memoria, comenzó con una procesión de 30 jóvenes romanos con antorchas que homenajearon la imagen de Maria Salus Populi Romani, la patrona de Roma, presente en el escenario. Después intervinieron Navarro Valls, la religiosa Marie Simon Pierre y Dziwisz, actual cardenal de Cracovia.

La segunda parte fue la Celebración de los Misterios Luminosos del Santo Rosario, que fueron introducidos por Juan Pablo II durante su papado. El rosario se recitó en conexión directa con los cinco santuarios antes citados: en Guadalupe se pidió por la esperanza y la paz de los pueblos, en Fátima por la Iglesia, en Lagniewniki por los jóvenes, en Kawekamo-Bugando por la familia y en Notre Dame del Líbano por la evangelización Al final, Benedicto XVI impartió la bendición desde el Vaticano.

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