La periodista Elisabeth Iborra alerta en su libro Sex mentiras (Aguilar) de los peligros de usar Internet como única fuente de información sobre el sexo y advierte de que en algunas webs se dicen verdaderas burradas, como que fumar puede acortar el pene un centímetro o que el rey de Tonga se acostó con 37.800 mujeres.
Elisabeth Iborra ha detectado una tendencia creciente a buscar información relacionada con el sexo en Internet, a pesar de que Google está muy bien, pero no es 'San Google', ha comentado en una entrevista con Efe.
Por eso, la autora de Sex Mentiras ha animado a los lectores a informarse sobre el sexo a través de libros y estudios científicos y es por esta misma razón que ella, con la colaboración del sexólogo Alfonso Antona, ha escrito un libro donde quita hierro a temas como la masturbación femenina, el sexo entre personas de la tercera edad o la homosexualidad.
Nosotros no enseñamos a hacer el amor, pero para tener una sexualidad libre tienes que tener unos criterios fundados para elegir, ha opinado la autora en una entrevista a Efe.
En su libro, Iborra ha escrito sobre costumbres sexuales en países como Nigeria, donde los nativos yoruba copulan con los antílopes recién abatidos para agradecerles que les van a dar de comer.
La periodista ha analizado también los gustos estéticos de varias culturas, así, en la antigua China a las mujeres se les vendaban los pies hasta deformarlos mientras que en el sudeste asiático las señoras se ponen anillos para alargar el cuello.
Iborra ha comparado estas costumbres ancestrales con la de las mujeres occidentales del siglo XXI, que tienen la costumbre de ponerse prótesis de silicona en las mamas para tener los pechos grandes.
España no se libra de creencias de este tipo, sobretodo en lo que concierne a la menstruación de las mujeres, de la que se cree que hace que se corte la mayonesa, que se pierdan las cosechas o que se pudra la carne. Otro mito ancestral muy expandido es que la mujeres embarazadas deben abstenerse de mantener relaciones sexuales no vaya a ser que en un empujón, el pene hiera la frente del niño.
El libro profundiza poco en las cuestiones que aborda y lo hace con un lenguaje ligero entorno a cuestiones que, según la autora, se toman demasiado en serio.
Iborra toca creencias surgidas de refranes populares -algunos realmente procaces Con buena polla, bien se folla o Agujero con pelo, pa' jodelode los medios de comunicación -la supuesta existencia de dos tipos de orgasmo, vaginal y clitoridal, cuando sólo hay unoo de la maraña de Internet, donde se llega a decir, por ejemplo, que un exceso de hormona lleva a ser infiel.
La autora ha explicado que en el libro el lector encuentra toda la información que puede necesitar para hacer un 'reseteado' y partir de una información correcta que no condicione.
Así, Sex mentiras pretende enseñar al lector a tener una sexualidad divertida a la par que responsable y pone el énfasis en la educación sexual porque, según ha afirmado Iborra, sabemos cómo se polinizan las plantas y cómo lo hacen los leones pero, cuando se habla de sexualidad en la escuela, se estudia el aparato reproductor.
En este sentido, la autora de Anécdotas de enfermeras o Cada día sale el sol ha recordado la importancia de la educación sexual en niños y adolescentes porque las malas prácticas y los traumas que coges a esa edad los vas a tener hasta que te mueras.
Elisabeth Iborra es periodista y colabora para varios medios, es la autora de La generación del imposible.
Por eso, la autora de Sex Mentiras ha animado a los lectores a informarse sobre el sexo a través de libros y estudios científicos y es por esta misma razón que ella, con la colaboración del sexólogo Alfonso Antona, ha escrito un libro donde quita hierro a temas como la masturbación femenina, el sexo entre personas de la tercera edad o la homosexualidad.
Nosotros no enseñamos a hacer el amor, pero para tener una sexualidad libre tienes que tener unos criterios fundados para elegir, ha opinado la autora en una entrevista a Efe.
En su libro, Iborra ha escrito sobre costumbres sexuales en países como Nigeria, donde los nativos yoruba copulan con los antílopes recién abatidos para agradecerles que les van a dar de comer.
La periodista ha analizado también los gustos estéticos de varias culturas, así, en la antigua China a las mujeres se les vendaban los pies hasta deformarlos mientras que en el sudeste asiático las señoras se ponen anillos para alargar el cuello.
Iborra ha comparado estas costumbres ancestrales con la de las mujeres occidentales del siglo XXI, que tienen la costumbre de ponerse prótesis de silicona en las mamas para tener los pechos grandes.
España no se libra de creencias de este tipo, sobretodo en lo que concierne a la menstruación de las mujeres, de la que se cree que hace que se corte la mayonesa, que se pierdan las cosechas o que se pudra la carne. Otro mito ancestral muy expandido es que la mujeres embarazadas deben abstenerse de mantener relaciones sexuales no vaya a ser que en un empujón, el pene hiera la frente del niño.
El libro profundiza poco en las cuestiones que aborda y lo hace con un lenguaje ligero entorno a cuestiones que, según la autora, se toman demasiado en serio.
Iborra toca creencias surgidas de refranes populares -algunos realmente procaces Con buena polla, bien se folla o Agujero con pelo, pa' jodelode los medios de comunicación -la supuesta existencia de dos tipos de orgasmo, vaginal y clitoridal, cuando sólo hay unoo de la maraña de Internet, donde se llega a decir, por ejemplo, que un exceso de hormona lleva a ser infiel.
La autora ha explicado que en el libro el lector encuentra toda la información que puede necesitar para hacer un 'reseteado' y partir de una información correcta que no condicione.
Así, Sex mentiras pretende enseñar al lector a tener una sexualidad divertida a la par que responsable y pone el énfasis en la educación sexual porque, según ha afirmado Iborra, sabemos cómo se polinizan las plantas y cómo lo hacen los leones pero, cuando se habla de sexualidad en la escuela, se estudia el aparato reproductor.
En este sentido, la autora de Anécdotas de enfermeras o Cada día sale el sol ha recordado la importancia de la educación sexual en niños y adolescentes porque las malas prácticas y los traumas que coges a esa edad los vas a tener hasta que te mueras.
Elisabeth Iborra es periodista y colabora para varios medios, es la autora de La generación del imposible.
